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CERCANA LA MUERTE; CONFIA EN LAS ORACIONES DE DON
BOSCO -DON BOSCO AL CABALLERO: LE AGRADECE LA
FELICITACION DE PASCUA; QUE PROCURE CONCEDAN LAS
INDULGENCIAS A PERPETUIDAD, CON LOS RESCRIPTOS
FIRMADOS POR EL SANTO PADRE; CELEBRA MISAS POR DOS
EXIMIAS BIENHECHORAS; ENCARGOS PARA FLORENCIA; LA
CARESTIA DE LOS VIVERES LE CAUSA AFLICCION:
ENORMES GASTOS PARA LA IGLESIA, PERO LA VIRGEN
SIGUE CONCEDIENDO GRACIAS -UNA CURACION
MARAVILLOSA: UN PLEITO GANADO; PERSUASION DE LOS
FIELES DE QUE LA VIRGEN NO NIEGA NADA A LAS
ORACIONES DE DON BOSCO
EL padre Oreglia no ignoraba en Roma la oposición
de algún obispo a la Pía Sociedad; por eso
escribía el 2 de abril a don Juan B. Francesia:
<>.
Esta era la norma que guiaba a don Bosco en
medio de las tribulaciones, la causa constante de
su tranquilidad; y el Dios de los consuelos se los
concedía con prodigalidad.
Monseñor Riccardi, frecuentemente invitado, iba
a presidir las funciones religiosas del Oratorio.
El 29 de marzo, domingo de Pasión, administraba el
sacramento de la Confirmación en la iglesita de
San Francisco de Sales. Los confirmados eran casi
todos muchachos externos que iban al catecismo
cuaresmal; su compostura y la multitud de
compañeros que asistió, alegró al Arzobispo.
Después de la función don Bosco le acompañó,
siempre descubierto, a tomar un café; y, después,
hasta la carroza, sin cubrirse ni por un momento,
a pesar del frío viento que corría.
El 20 de marzo escribía monseñor Galletti,
Obispo de Alba, a don Miguel Rúa encomendándole en
nombre de la pobre madre, al alumno Tomás
Cagliano, piadoso y aplicado jovencito, para que
lo tuviera gratuitamente hasta el final de sus
estudios. Y terminaba así:
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