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estar más indignado y unánime y el Alcalde y la
Corporación Municipal y el mismo Gobernador dieron
remate. Seguramente se echará tierra encima y como
si tal cosa...
Querido Caballero, bendígale Dios mucho, mucho,
mucho; y al presentarle los particulares saludos
de don Miguel Rúa y de don Angel Savio y de todos
en general, reciba los verdaderos sentimientos de
cristiano afecto.
De su
afectísimo, como hermano
FRANCESIA, Pbro.
Por aquellos días había decretado Pío IX
conceder la sagrada púrpura a monseñor Aníbal
Capalti, secretario de la Sagrada Congregación de
Propaganda de la Fe, nacido en Roma en 1811; a
monseñor Eduardo Borromeo, mayordomo de Su
Santidad, nacido en Milán en 1822; a monseñor
Luciano, príncipe Bonaparte, protonotario
apostólico, nacido en Roma en 1820; a monseñor
Inocencio Ferrieri, Arzobispo de Sida, Nuncio
Apostólico ante Su Fidelísima Majestad, nacido en
Fano en 1810; a monseñor Rafael Mónaco La
Valletta, Asesor de la S. Romana y Universal
Inquisición, oriundo de Chieti y nacido en Aquila
en 1827; a monseñor Lorenzo Barili, Arzobispo de
Tiana, Nuncio Apostólico ante su Majestad
Católica, nacido en Ancona en 1801; ((**It9.108**)) a
monserior José Berardi, Arzobispo de Nicea,
Sustituto de la Secretaría de Estado y Secretario
de la Cifra, nacido en Ceccano en 1810; a monseñor
Eustaquio Gonella, Arzobispo-Obispo de Viterbo y
Toscanella, nacido en Turín en 1811.
Los nuevos cardenales serían preconizados en el
Consistorio secreto del 13 de marzo, y en el
Consistorio público de 16 de marzo el Pontífice
les impondría el capelo cardenalicio 1.
1 La familia Gonella, que era de siempre
bienhechora insigne de don Bosco, le había
recomendado así a un amigo suyo la primera vez que
fue a Roma.
Al Ilmo. señor Vicente Cavassi, copista en la
Secretariá de Breves Pontificios.
Roma, Palacio
Cleto, junto a San Nicolás
de los Prefectos, núm. 46.
Turín,
17 de febrero de 1858
Ilustrísimo y carísimo Señor:
Mañana por la mañana sale para Roma el
sacerdote don Bosco, portador de la presente; le
recomiendo, como persona a quien conozco y
aprecio, a V. S. Carísima, tanto más cuanto que se
trata de un celoso sacerdote, que se ocupa de
hacer el bien casi prodigiosamente, habiendo
recogido una gran cantidad de muchachos díscolos
que instruye, más de unos sesenta que
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