((**Es9.103**)
Pág. 16 (núm. 9) Artículo 4 -De ejecución casi
imposible.
Pág. 17 (núm. 9) Artículo 7 -Los artículos a
añadir podrían lesionar los derechos de los
Obispos; no deberían, por tanto, tener valor sin
la aprobación de la Santa Sede.
((**It9.101**)) Pág. 17
(núm 9) Artículo 8 ->>No sería mejor que le
sucediese por derecho el Prefecto, ya al tanto de
los asuntos?
Pág. 18 (núm. 10) Artículo 1 -Ver observaciones
aparte.
Pág. 19 (núm 10) Artículo 3 -Ultima parte.-Ver
observaciones aparte.
Pág. 19 (núm. 10) Artículo 5 -Hacia el fin. En
el caso en que, después de la segunda y tercera
votación, no se obtuvieren las dos terceras partes
de los votos, quid agendum? (>>qué hacer?) La
Regla no prevé este caso.
Pág. 23 (núm. 12) Artículo 2 -No se entiende
qué concierne al Ordinario diocesano y qué al
Rector.
Pág. 25 (núm. 13) Artículo 3 -Ver las
observaciones aparte.
Pág. 25 (núm. 13) Artículo 4 -Y después el
tercer trienio.
Pág. 26 (núm. 13) Artículo 5 -Sería contrario
al artículo que incluye a los laicos como socios.
Pág. 26 (núm. 13) Artículo 7 -Ver observaciones
aparte.
Pág. 27 (núm. 13) Artículo 10 -No se dice qué
votos, si perpetuos o temporales. Sin embargo es
de gran importancia declararlo.
Pág. 28 (núm. 14) Artículo 2 -La restricción
parece demasiado extendida y puede dar ocasión a
graves desórdenes. Además, no se dice si el
confesor debe ser socio o si debe ser aprobado por
el Ordinario.
Pág. 33 (núm. 16) Appendix de externis.
(Apéndice sobre los externos). Artículo 1 -Ver si
estos afiliados convienen en nuestros tiempos.
Este documento fue enviado a la Sagrada
Congregación de Obispos, sin que don Bosco lo
supiera.
La falta de conocimiento de la verdadera
situación de las cosas, las sospechas sobre las
intenciones de don Bosco, los prejuicios y temores
de peligros inexistentes, las falsas
interpretaciones de los artículos, las exigencias
que, de momento, no se podían satisfacer, los
juicios atrevidos habían inspirado aquellas
observaciones. Pero el Arzobispo (hemos de
repetirlo) no obraba con mala intención, sino por
informes inexactos y comentarios de ciertos
doctores anticuados y hostiles a don Bosco.
Cierto es que la Pía Sociedad no estaba todavía
totalmente formada, es cierto también que alguna
de sus reglas necesitaba algún retoque, pero el
gran bien que ya había producido manifestaba
evidentemente, a quien quería verlo, que estaba
inspirada por el Señor.
Y don Bosco, por aquellos días, lo mismo que
había hecho siempre, ((**It9.102**)) daba
una prueba de obligada deferencia al Superior
Eclesiástico.
(**Es9.103**))
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