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lo que se dice del Divino Salvador: que pasaba
haciendo siempre el bien. He aquí una carta suya
al Director de Lanzo.
Mi querido don Domingo:
Tenía intención de hacer una excursión a Lanzo
este jueves y así cerrar la cuaresma en compañía
de mis queridos hijos de San Felipe Neri; pero el
tiempo estropeó los caminos y hemos de esperar a
que estén en mejores condiciones.
Tu hermana ha sido admitida, o mejor, le han
hecho sitio entre las educandas del Buen Pastor,
mediante la dote de cien liras. Yo me ocuparé del
dinero, tú procura avisarle que venga cuando sea,
trayendo sus vestidos y un par de camisas. El
resto se lo proveerán en el Asilo. Cuando llegue a
Turín, que venga a verme y yo la haré acompañar a
su destino con una nota mía.
Da mis más cariñosos saludos al profesorado,
dirigentes, asistentes y a todos los alumnos. El
sábado, dedicado a la Anunciación de María
Santísima, yo os recordaré a todos en la santa
misa; rogad también vosotros por mí. Recomienda a
don Francisco Provera, con aire suplicante, que
solemnice dicho día con algo especial en el
comedor, de modo que los muchachos ((**It8.87**)) tengan
ocasión de brindar ahí a mi salud mientras, casi a
la misma hora, yo lo haré aquí por mis queridos
amigos de Lanzo.
Dios os conserve a todos en su santa gracia.
Amén.
Turín, 22 de marzo de 1865.
Afectísimo en Jesucristo
JUAN BOSCO, Pbro.
Habiendo reconocido en Lanzo la necesidad que
tenían de un profesor titulado, dirigió una
súplica al ministro Natoli, poniendo bajo la
protección de María Santísima el éxito de la
misma, ya que el Ministerio era contrario a la
enseñanza impartida por los institutos religiosos.
Excelencia:
El sacerdote Juan Bosco, respetuosamente expone
a V. E. que el clérigo José Fagnano, alumno de la
casa de beneficiencia, llamada Oratorio de San
Francisco de Sales, se presentó el pasado
diciembre de 1864 a exámenes para obtener el
diploma de profesor para el bachillerato
elemental.
Aprobó los exámenes escritos y orales, pero el
día en que debía impartir la lección práctica,
antes de presentarse a los señores examinadores,
sufrió una fuerte fiebre que lo conmocionó
notablemente y le impidió poderla terminar; por
tal motivo, según consta en la Declaración del
Presidente de la Facultad, en dicha lección
solamente obtuvo 16/40 puntos en vez de 24/40.
El que suscribe recurre humildemente a V. E.,
en nombre del mencionado clérigo, suplicándole
quiera conceder, por favor especial, computarle
los puntos de conjunto, en cuyo caso tendría una
puntuación más que suficiente. Si V. E. juzgase
excesivo este favor, rogaría le obligase tan sólo
a repetir la prueba práctica sin necesidad de
repetir los otros exámenes.(**Es8.86**))
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