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buen número de internos el maestro Miglietti en la
casa de la Jardinera, cuyo alquiler pagaba don
Bosco.
Obran en nuestro poder algunas cartas de los
últimos días del mes de octubre.
Escribía reconocido a la condesa Callori, por
la excursión que hicieron los alumnos de Mirabello
a su quinta en Vignale. Y sobre el Colegio de
Valsálice, fundado el 19 de octubre de 1863 por
una asociación de sacerdotes turineses, en una
amena finca sobre las colinas de Turín, para
educar a los jóvenes de las clases ricas y de
posición acomodada en la religión, las ciencias y
las carreras civiles, militares y comerciales.
Benemérita señora Condesa:
Las madres deben mandar y rogar a sus hijos.
Por eso, usted debía decir: Don Bosco, vaya,
venga, quédese; y don Bosco, aunque un poco a su
pesar, habría obedecido. Que le sirva de norma
para otra vez.
Así, pues, he hecho, en mi poquedad, la
petición que me pedía y me parece buena la idea de
mandar a Manuel a Bressannone (Brixen). Valsálice
es siempre un colegio que goza de buen nombre y yo
tengo en él toda confianza. Puede el niño ir con
toda tranquilidad.
Los alumnos de Mirabello quedaron maravillados
del modo, habitual en ustedes, con que fueron
tratados, y me han enviado largas cartas a mí y
((**It8.981**)) a sus
padres, etc. Sea todo a la mayor gloria de Dios.
Les he recomendado que hicieran la santa comunión
por usted.
Deo gratias por todo lo que me escribe del
párroco de Lu. El reverendo Espagnolini quedó
contentísimo de su estancia en Vignale; ahora ha
hecho la petición para entrar en los Jesuitas,
pero su Obispo quiere mandarlo a una parroquia.
He recibido las quinientas liras que me mandó
para el libro: esté tranquila, ya que, antes de
que se haya realizado la unidad italiana (ícosa
que sucederá pronto!), el libro quedará terminado.
La paciencia es una virtud y las madres tienen que
ejercitarla con ciertos hijos... El trabajo del
libro no se ha interrumpido; pero resulta más
voluminoso de lo que se calculaba.
Tendría verdadera necesidad que el señor César
me pudiese enviar la traducción de estas
vacaciones, ya que habría oportunidad para pasarla
enseguida a la imprenta. Trate de animarlo en mi
nombre para una obra tan buena.
Comunicaré al joven Ruschino la respuesta de su
carta.
Dios nos bendiga a todos y la Virgen Santísima
proteja a la Iglesia y bendiga y asista a su
Cabeza. Amén.
Con toda gratitud me profeso,
De V. S. Benemérita
Turín, 10 de octubre de 1867
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
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