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Lo más urgente era impedir los trabajos de los
barrenos para los explosivos, uno de los cuales se
preparaba bajo el Colegio Romano situado en el
centro de la ciudad. Se supo en Turín y se
comunicó con despachos cifrados; pero en Roma no
se quiso creer en el lo. Entonces se hizo llegar
una carta anónima al cardenal Antonelli,
describiendo claramente la cuestión; y finalmente
se ordenó una diligente inspección y se encontró
que los sectarios habían excavado una galería que,
atravesando la calle, desembocaba en los
subterráneos del Colegio Romano, justo en el
centro del patio.
Mientras tanto la Policía vigilaba, juntamente
con los magistrados y las autoridades de la plaza,
y del 11 al 21 de octubre, después de haber
recibido indicaciones seguras, descubrieron y
secuestraron en Roma gran número de bombas Orsini
1, grandes depósitos de municiones y víveres. Casi
todos los días caían en sus manos bandidos del
populacho y con ellos alguno de los cabecillas,
con escritos y planos en los que señalaban con
color los sitios donde debían colocarse los
barrenos, y con notables cantidades de dinero. En
la calle Crescenzi la gendarmería estuvo en un
tris de envolver en una sola redada al
conciliábulo principal de los ((**It8.972**))
dirigentes, de modo que los conjurados se vieron
obligados a mudar cada día de refugio.
Garibaldi, no impedido por la simulada
vigilancia de las naves italianas, el 15 de
octubre abandonó Caprera y el 20 apareció en
Florencia, donde fue recibido con grandes
festejos. Al tener noticia de esta vuelta, todos
comprendieron que estaba preparada una nueva
expedición contra los Estados Pontificios y que
las seguridades en contrario eran falsas. Por eso
Francia se conmovió de tal modo, que Napoleón, sin
más dilaciones, ordenó el embarque de dos
divisiones destinadas a la defensa de Roma.
Rattazzi, aunque había dimitido como Ministro,
queriendo prevenir la llegada de los franceses y
poner trabas al Emperador con un hecho ya
consumado, ordenó al diputado Cucchi alzarse a
toda costa y enseguida; y prometió a Garibaldi
que, si lograba disparar sesenta escopetazos sobre
Roma, el ejército real habría franqueado las
fronteras en su ayuda.
Cucchi apresuró, cuanto pudo, los últimos
preparativos y ordenó, entre otras disposiciones,
que se preparasen los barrenos bajo los cuarteles
de Serristori y Cimarra, que se avisara a los
traidores del
1 Bombas Orsini: Bombas fabricadas por el
anarquista italiano Orsini (1819-1858). Eran de un
carácter eminentemente rompedor del explosivo y
lograban que los pedazos fueran en número muy
considerable. El atentado del Liceo en Barcelona,
el 7 de noviembre de 1893, fue cometido con bombas
de fundición Orsini, cargadas de dinamita. (N. del
T.)
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