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gastadas, algo fuera de uso que por ventura
estuviese en los almacenes del Estado. Aquí se
unen los andrajos y sirven para reparar la
indigencia de los pobres huerfanitos.
Casi llegan a ochocientos cincuenta; varios
quedaron huérfanos por la mortífera peste del
cólera, muchos nos fueron enviados por las
autoridades gubernativas de diversas partes de
Italia. Este año es mayor la necesidad debido al
paro laboral, a la carestía de la vida y a la
grave disminución de la beneficiencia privada.
((**It8.952**)) Los
jovencitos asilados, confiando en que su triste
situación será tenida en consideración,
especialmente para la próxima estación invernal,
se asocian a mí para rogar al cielo conceda a
usted abundantes bendiciones divinas, mientras,
por mi parte, tengo el alto honor de poder
profesarme con la más sentida gratitud.
De V.E.
Turín, 17 de septiembre de 1867
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
También recurría a S. E. el Ministro de Gracia
y Justicia, en Florencia:
Excelencia:
La excepcional necesidad que atraviesan los
jovencitos asilados en la casa llamada Oratorio de
San Francisco de Sales, me impele a dirigir a V.
E. esta humilde y cálida súplica con el fin de que
se les conceda el mayor caritativo subsidio
posible, en favor de los clérigos que en ella
prestan gratuitamente su labor.
Son cincuenta y trabajan en la Casa de Turín,
en la de Lanzo y en la de Mirabello dando clase
diurna y nocturna, haciendo catequesis, asistiendo
en los dormitorios, en los talleres y en los
paseos, mientras, con loable comportamiento
procuran realizar sus estudios, presentándose a su
debido tiempo a los oportunos exámenes.
En favor de estos clérigos respetuosamente
suplico a V. E. se digne tomarlos en paternal
consideración y concederles el mayor subsidio que
su probada caridad le indique, a fin de que puedan
proveerse de ropa, de libros, o ayudar de
cualquier modo al centro que les suministra
alojamiento y comida con todo lo que es necesario
para la vida.
Lleno de esperanza y gratitud me uno a estos
jóvenes levitas y le auguro toda suerte de bienes
celestiales, mientras tengo el alto honor de
poderme profesar,
De V.E.
Turín, 17 de septiembre de 1867
Su
seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro. Director.
También había escrito a diversos bienhechores,
y el día 17 salía para Casalmaggiore, distrito de
la provincia de Cremona. Le esperaban en San Juan
en la Cruz, donde ((**It8.953**))
veraneaba la princesa
(**Es8.808**))
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