((**Es8.800**)
dos veces por unos golfillos con palabras de
desprecio. Don Bosco se conformó con darles una
mirada de compasión mas sin decir palabra. No
obstante, comprendí por su aspecto, la gran pena
que le producía, no el insulto recibido, sino la
maldad de los muchachos y de los tiempos actuales.
>>Leyó que en un Congreso revolucionario,
celebrado en Ginebra, los francmasones se habían
propuesto la abolición del Papado y fue para él
como una espina clavada en el corazón; y no porque
temiese la caída del Papado, que es inquebrantable
de acuerdo con la promesa del Salvador, sino al
ver que hijos de la Iglesia propusiesen alzar las
manos parricidas contra la Cabeza de la misma
Iglesia>>.
Don Bosco llevaba de hecho una espina en el
corazón. El 8 de septiembre era recibido Garibaldi
con honores poco menos que de Soberano, en
Ginebra, donde los radicales habían convocado el
Congreso de la Paz y elegido a Garibaldi
presidente honorario. El había ido allí para
concertar los últimos acuerdos con los cabecillas
de las sectas cosmopolitas para la decisiva
invasión del Patrimonio de san Pedro. Hablando a
la muchedumbre, que lo aplaudía, alabó a los
ginebrinos por haber dado los primeros golpes a la
pestilente institución del Papado y les prometió
que las fuerzas reunidas de la democracia darían
con él en tierra. íAbatiremos aquel antro de la
idolatría y de la mentira!
((**It8.943**)) También
la noche del día 11, daba don Bosco las buenas
noches a los alumnos con estas palabras:
Os quiero enseñar esta noche el método para
adelantar en vuestros estudios y trabajos; el
método no es mío, sino que lo da el Señor: In
malevolam animam non introibit sapientia, nec
habitabit in corpore subdito peccatis. (En el alma
malvada no entrará la sabiduría, ni habitará en el
cuerpo sujeto al pecado). Se entiende la verdadera
sabiduría, no la sabiduría del mundo, la que
reconoce un Dios creador y señor de todas las
cosas, y nuestro estrechísimo deber de obedecer
sus leyes, y las tremendas amenazas de penas para
los transgresores de las mismas en el tiempo y en
la eternidad, y los premios prometidos aun en la
vida presente a los que cumplen fielmente sus
mandamientos.
Quitad, pues, de vuestro corazón el obstáculo
que impide la entrada en vosotros de la verdadera
sabiduría, que es el santo temor de Dios, porque
con esta sabiduría entrará también la seguridad de
la ayuda de Dios para el feliz resultado de la
carrera emprendida por vosotros. Este obstáculo es
el pecado.
Pero mirad que el pecado no es como los otros
enemigos que, una vez vencidos y arrojados, no
vuelven más. Hemos de luchar para mantenerlo
lejos, porque viene tamquam fur (como un ladrón),
mientras dormimos. El demonio, si ve que dejamos
la puerta abierta, por medio de las obras, por
medio del contacto con hechos malos, entra por
ella; entra también por las ventanas, o sea, por
los ojos, con las miradas
(**Es8.800**))
<Anterior: 8. 799><Siguiente: 8. 801>