((**Es8.798**)
las misericordias de nuestra buena Madre María
Santísima Auxiliadora.
((**It8.940**))
>>Mientras tanto, puedo asegurarle que el demonio,
con sus satélites vivientes, trabaja sin descanso
para intentar una invasión de Roma. No puedo, ni
convendría añadir más, aunque podría aducir muchos
detalles, que, no obstante, ya han sido
comunicados a quien puede necesitarlo, Le digo
esto, mas no para espantarla, pues nada hemos de
temer estando Dios con nosotros. Más bien deseo
animarla a promover la devoción a Jesús
Sacramentado y a María Auxiliadora. Si los romanos
se pusieran de acuerdo para hacer una visita
diaria al Santísimo Sacramento y a María
Santísima, seguro que esta devoción sería para
ellos como un pararrayos, que, si no impide la
caída del rayo, aleja ciertamente el peligro.
>>Basta por hoy. Mil saludos de don Bosco y
míos para usted y todas sus hermanas en religión.
Nos encomendamos mucho a sus oraciones.
>>El cólera aquí en Turín carece de
importancia, al menos por ahora>>.
La Reverendísima Madre Presidenta respondía el
día 15 de septiembre al Caballero y, animada con
el cumplimiento de la predicción por él
comunicada, sacaba un buen augurio para el aumento
del pequeño número de sus Oblatas, diciendo:
<>-Esté segura de que su familia religiosa
resurgirá, pero antes debe ser cribada, labrada,
sembrada y después crecerá prodigiosamente.
>>-Y yo pregunto: >>debo decir o hacer algo
antes: Yo no deseo más que el verdadero bien de mi
familia; no soy capaz de ayudarla, pero tampoco
querría hacerle daño>>.
La Crónica continúa reflriéndonos las buenas
noches de don Bosco el 10 de septiembre.
10 de septiembre
Esta noche quiero enseñaros a haceros santos, o
al menos felices en esta tierra. El Señor dice que
nos quiere a todos santos y así lo repite san
Pablo. En una página de la Sagrada Escritura se
lee: Bonum est viro cum portaverit jugum ab
adolescentia sua. (Bueno es para el hombre
soportar el yugo desde la juventud).
((**It8.941**)) Dice
bonum est viro, no dice que será feliz, sino que
ya lo es en esta tierra, cum portaverit jugum ab
adolescentia sua, quien empieza a darse del todo
al Señor desde su juventud. De hecho, uno que
desde la juventud comience a obrar el bien, en su
vejez será feliz, porque no tendrá nada que le
remuerda la conciencia. Aunque
(**Es8.798**))
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