((**Es8.797**)
Despuntó la aurora del día de la fiesta. La
mujer, con maravilla de todos, se calmó y
preguntó:
->>Qué hora es?
-Ya es de día, le respondieron:
-Y >>qué día es hoy?, siguió preguntando.
-La Natividad de la Virgen. >>Quieres que
vayamos?
->>Adónde?
-Hemos de ir a la iglesia para que puedas
confesarte y comulgar, como nos dijo don Bosco.
-Sí, sí; vamos; respondió.
Estas fueron las primeras palabras con sentido
que dijo, después de casi un año de locura.
Y se confesó y comulgó tranquilamente, como si
nada hubiera pasado, y como si nunca hubiera
estado enferma de la cabeza. Hizo su acción de
gracias con edificación de todos los familiares.
Hoy me escriben que está perfectamente curada,
como si no hubiese tenido mal alguno.
Termino, pues, mis queridos hijos; si la Virgen
hace tanto por la salud del cuerpo, creed que hará
mucho más por la del alma, si le pedimos sus
gracias. No os he contado este hecho, porque yo
crea que estáis endemoniados, Dios me libre; sino
para que veáis cuánto hemos de confiar en la
Santísima Virgen. Recurramos, pues, a Ella
diciendo frecuentemente la jaculatoria: María
Auxiliadora de los Cristianos, rogad por nosotros,
en nuestras necesidades espirituales y corporales
y, especialmente, en las tentaciones.
íBuenas noches! 1
El día 10 de septiembre escribía el caballero
Oreglia a la Presidenta de las Oblatas de Tor
de'Specchi el hecho maravilloso de Acqui y
concluía:
<(**Es8.797**))
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