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((**Es8.791**) Y el muchacho, quitándose también la ropa interior que arrojó a los pies del esbirro, se dio a la fuga. El otro le perseguía, pero la larga túnica que llevaban las gentes de aquellos lugares le impedía correr, especialmente cuando pasaba por lugares estrechos y terminó por enredarse en ella y caer al suelo cuan largo era. El muchacho, riendo, se puso a salvo y fue a esconderse. ((**It8.932**)) Aprendamos también nosotros a vencer el respeto humano. No quiero con esto decir que hayamos de llevar la medalla a la vista por pura ostentación, pero no hemos de avergonzarnos de llevarla al cuello, de descubrirnos la cabeza al pasar ante una iglesia o una imagen de la Virgen. No debemos dejarnos vencer jamás por el respeto humano. Termino por deciros que el domingo deseo ante todo que, siendo la fiesta de la Natividad de María Santísima, os pongáis todos en gracia de Dios: y que los que no tienen todavía la medalla lo digan y se procurará que la tengan. Recemos en esta solemnidad: deseo que la celebremos bien por muchos motivos. Roguemos sobre todo para que la Virgen mantenga lejos de nosotros el cólera del alma y también el del cuerpo. Roguemos por nuestros padres, a fin de que el Señor les preserve de este azote. << 7 de septiembre: Es maravilloso (escribe don Miguel Rúa) ver cómo don Bosco, en medio de tan graves asuntos como de continuo le asedian, recuerda y recita, sin embargo, hermosos pasajes de autores clásicos, griegos, latinos e italianos, especialmente del Dante, de quien sabe y recita cantos enteros, como para descanso y deleite de los que le acompañan, aprovechándose también para tener ocasión de hablar de los distintos vicios, tan bellamente expuestos por el poeta, con los diversos castigos y distintas especies de pena. Habiéndole preguntado qué pensaba sobre Dante, respondió que por la poesía y por la lengua, en una palabra, por el mérito literario y científico, no se podía desear más; pero que por lo demás sus escritos son hijos de un espíritu de venganza, para ridiculizar y desacreditar a los que habían militado en bandos contrarios al suyo, colocando en el cielo a los que habían sido de su mismo partido>>. (**Es8.791**))
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