((**Es8.781**)
Roma, 13 de agosto de 1867
Muy querido P. Francesia:
Todavía se mantiene el cólera en Roma, pero
donde se ha presentado más terriblemente ha sido
en Albano, lugar de veraneo, a donde habíamos ido
((**It8.919**)) para
respirar aire más puro. Estalló con tanta
virulencia que en veinticuatro horas se contaban
noventa cadáveres. El pobre marqués Serlupi se fue
al paraíso, como esperamos. Hemos de deplorar
también otras víctimas ilustres, como la Reina
Madre de Nápoles, la princesa Colonna y finalmente
el cardenal Altieri, Obispo de Albano, el cual,
como san Carlos Borromeo, había acudido a
confortar a aquellos pobrecitos, y a los cuatro
días cayó víctima de la enfermedad y voló al
cielo, con heroica muerte. No puede darse una idea
del miedo que invadió a esta ciudad: todos
escapaban, se cerraban los talleres... Nosotros
volvimos a Roma en donde, gracias a Dios y a la
Virgen Santísima, todos estábamos bien. Nos ha
ayudado mucho lo que el queridísimo don Bosco nos
dice de estar tranquilos y confiar en la Santísima
Virgen Auxilium Christianorum. Esta nuestra
querida Madre Santísima nos salvará.
Dé las gracias a don Bosco por la carta que me
ha escrito, la cual me ha hecho un gran bien...
ANGEL VITELLESCHI
En otra carta del 26 de agosto se leía: <>.
El caballero Oreglia recibía también más
noticias.
Frascati,
27 de agosto de 1867
Queridísimo caballero Oreglia:
...Habrá sabido el tremendo azote que ha caído
sobre la pequeña ciudad de Albano, próxima a
Frascati, por lo que podrá imaginar la
preocupación que hemos tenido por miedo a que aquí
sucediese lo mismo; en medio de tanta angustia no
he sido muy valiente, pero las seguridades del muy
reverendo don Bosco de que este mal no nos
tocaría, me han sostenido mucho.
Aníbal, siempre muy tranquilo en todas las
circunstancias, como de costumbre, no ha estado
descontento de mí. Aquí desde hace casi quince
días estamos seguros de la desaparición de la
enfermedad y estimamos esta suerte, se cae de su
peso, como venida del Señor y de María Santísima y
además de la especial protección para este lugar
de san Roque y san Sebastián. Tenemos las imágenes
de estos santos, aparecidos hace muchísimo tiempo
en un muro de la antigua catedral de Frascati. Le
aseguro que conmueve ver la fe que todos los
campesinos tienen en estos santos y la continua
afluencia de visitantes.
Mi salud va bien y mejorando siempre;
moralmente, por la divina misericordia y por la
eficacia de sus oraciones, he ganado inmensamente
y me parece ser del todo otra distinta de la de
((**It8.920**)) antes.
Agradezco infinitamente las oraciones que hacen
por mí y le ruego dé mis más expresivas gracias y
presente mis saludos al reverendo don Bosco,
juntamente con los de mi Aníbal. No se olviden,
por favor, de seguir rogando por nosotros y todos
nuestros parientes y amigos en estos duros
momentos de castigo y pesares.
Aníbal confía en que el altar esté terminado a
fines del mes corriente; es más, escribió en este
sentido al caballero Marietti, pero no ha tenido
contestación...
ANA BENTIVOGLIO
(**Es8.781**))
<Anterior: 8. 780><Siguiente: 8. 782>