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((**Es8.78**) de la casa, y preparando siempre los ánimos para que fueran bien recibidas las prescripciones que quería ordenar. No obstante era firme en sus resoluciones. Mientras continuaba usando en privado las expresiones te lo ruego, por favor, en público sabía decir frecuentemente un quiero, firme, sí, pero con calma y sin tono imperativo. Algunas de sus charlas de la noche, conservadas en la Crónica, demuestran nuestra aserción. La noche del 19 de marzo, habló así: Ya ha pasado la novena de san José, pero quisiera que continuaseis santificando estos días que preceden a la fiesta de la Anunciación del Angel a María Santísima. No os lo he dicho antes porque no quería que interrumpieseis la novena de san José. Por lo tanto, sin añadir ninguna devoción extraordinaria a las ordinarias, para no perjudicar vuestros deberes, procurad hacer cada día la comunión sacramental o espiritual, según vuestras disposiciones. Ya habéis sufrido los exámenes semestrales y veo con agrado que la mayor parte los ha pasado bien; pero hubo algunos que no correspondieron con demasiada diligencia a los cuidados que nos impusimos y fueron suspendidos. No penséis que este examen influya poco en vuestra vida. Os debe interesar mucho. Es costumbre en nuestro Oratorio que los que disfrutan de los beneficios de la casa, aunque hayan obtenido seis puntos sobre diez, sean enviados a sus padres, porque no son dignos de los beneficios de la casa aquéllos que no se comportan verdaderamente bien en ella. Notad que para la calificación se tiene en cuenta todo, y que cuenta el comportamiento en la iglesia, en el comedor, en el estudio, en la clase; por eso, algunos que piensan tener buena nota, por ejemplo un diez, puede que solamente tengan un seis, o un ocho, y los que creen haber sido aprobados por los examinadores se encuentran con que fueron suspendidos. La culpa es totalmente suya, porque fueron avisados a tiempo. Así, el que paga la mitad o un tercio de la pensión y solamente obtiene un seis, deberá tener paciencia y pagar la pensión completa, y el que no alcance la puntuación necesaria será enviado a su casa, sufriendo las consecuencias de su mala conducta. ((**It8.77**)) Siempre se hizo lo mismo; cada año, después de los exámenes semestrales, se mandó a algunos a su casa y si hubo alguna rara excepción, debióse a reiteradas súplicas, a promesas sinceras y mantenidas después. He de haceros otra advertencia. De un tiempo a esta parte no se escuchan como debieran los avisos de los asistentes, especialmente en el comedor. No se hace silencio, se entra tumultuosamente; en fin, reina verdadero desorden. Os ruego, por tanto, que de ahora en adelante obsequiéis a la Virgen, portándoos en el comedor como manda el reglamento de la casa, >>Me lo Prometéis? (Sí, sí). Entonces, buenas noches. El 20 de marzo, don Bosco repetía con energía, el último aviso dado la noche anterior. Os propuse ayer como obsequio a la Virgen guardar orden y silencio en el comedor y creí que el aviso sería suficiente. Pero, con gran sorpresa, he sabido que hoy hubo más alboroto que de costumbre. Esto no lo puede tolerar don Bosco, porque la(**Es8.78**))
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