((**Es8.759**)
1.° Por cuanto os sea posible, volved el día en
que se abran de nuevo las clases, que creo sea el
16 del próximo agosto, salvo que algún mal os lo
impida.
2.° Saludad de mi parte a vuestros padres, a
vuestros párrocos y maestros.
3.° Si encontrareis en vuestro pueblo algún
compañero virtuoso, procurad traerlo con vosotros
al Colegio, pero no habléis de ello a los que no
os parezcan buenos.
4.° Durante el tiempo que estéis en casa,
comulgad al menos en los días festivos. No dejéis
la meditación mañanera durante la semana.
5.° Cada mañana rezad un padrenuestro y un
avemaría con su gloria, al Santísimo Sacramento
para uniros a mí, que os encomiendo cada día en la
santa misa, a fin de que ninguno de vosotros sea
víctima del cólera, que se deja sentir
terriblemente en algunos pueblos próximos a
nosotros. A propósito de esta enfermedad,
aconsejaría que los que la tienen en su pueblo no
vayan a vacaciones para no ponerse en peligro de
contagio sin necesidad.
Por lo demás, queridos hijos, rogad a Dios por
mí, y roguemos todos, los unos por los otros, para
que podamos evitar la ofensa del Señor en el
transcurso de esta vida y después encontrarnos
todos reunidos en el cielo para alabar, bendecir y
glorificar las divinas misericordias. Amén
Turín, 26 de julio de 1867
Afectísimo
amigo, padre y hermano
JUAN BOSCO, Pbro.
((**It8.892**)) P.
S.-íVivan el Director, el Prefecto, los maestros,
los asistentes y todos mis hijos de Lanzo!
El cólera se extendía por Italia y empezaba a
causar víctimas en Roma. El señor Patrizi Moritoro
escribía al caballero Oreglia el 20 de julio:
<>. Y don Juan
Bautista Francesia recibía también de Roma la
triste noticia:
Roma, 26 de julio de 1867
Rvdo. don J. B. Francesia:
...El fin principal de mi carta es recomendar a
la caridad de sus oraciones y de nuestro querido y
venerado don Bosco, de un modo particular, a la
pobre Constancia Lepri, óptima señora que usted
recordará muy bien vino cien veces con una
paciencia admirable a casa del conde Vimercati
para poder hablar con don Bosco. Pues bien, esta
buena señora fue atacada por el cólera el
miércoles por la tarde y en veinticuatro horas
voló al seno de Dios...
Cómo envidio la suerte de la buena condesita
Calderari; dichosa ella, que pudo volver a ver al
gran Siervo de Dios y oír su palabra de consuelo y
aliento. Déle muchos saludos de mi parte y
cuéntele muchas cosas bonitas de don Bosco, para
que cuando vuelva a Roma nos las pueda
comunicar...
...Por medio de la señora Calderari mándeme
algún precioso recuerdo de don Bosco, pero no se
le olvide; algo que haya sido usado por él: su
rosario o algo
(**Es8.759**))
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