((**Es8.754**)
Otro escrito del Obispo, incluido en carta de
monseñor Manacorda, templó el dolor experimentado
por don Bosco con la muerte de don Enrique
Bonetti.
<>
Rvmo. y queridísimo don Bosco:
Por encargo del Obispo de Mondoví le adjunto
estas cartas. Si estuviera seguro de poder ir
directamente a Turín me gustaría entregárselas en
propia mano; mas, para no causar tardanza alguna,
hago que me precedan. Querido don Bosco, ruegue
por mí; esto me basta para asegurarme el paraíso,
y contemplar cara a cara al Dios de amor, que
ahora solamente veo en el sacramento con los ojos
de la fe. íVenga pronto este bendito día!
íEntonces sí que ayudaré a don Bosco!
Téngame en el Señor como todo suyo
EMILIANO MANACORDA
En una de las cartas se leía:
El Obispo de Mondoví comunica al carísimo don
Bosco las dos siguientes observaciones de monseñor
Módena, y con ello queda terminada la consabida
controversia.
((**It8.886**)) En otra
iban las observaciones:
Roma,
15 de julio de 1867
En la página 217 es indispensable corregir el
grave error contenido en el período que comienza:
<>.
En la página 192 sería mejor suprimir todo el
apéndice, que resulta superfluo en una obra de
estilo ascético; pero, si se quiere mantener,
corríjase la expresión errónea y opuesta a la sana
crítica y al buen sentido religioso, esto es, que
la venida de san Pedro a Roma es un hecho ajeno a
la fe y un tema de libre discusión.
A éstas dos se habían reducido las
correcciones, sin más obligación, y don Bosco las
cumplió fielmente.
De este modo las Lecturas Católicas habían
superado una grave tempestad, provocada por la
desconsiderada animosidad de quien había
interpretado mal las acciones de don Bosco en
Roma. Su defensa había surtido el deseado efecto.
Monseñor Gastaldi experimentó gran satisfacción y
alegría, que manifestó al clérigo Chiapale,
hablándole de las tribulaciones sufridas por don
Bosco durante aquel tiempo y concluyendo:
(**Es8.754**))
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