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Aprovecho la ocasión para saludarle
cordialmente y encomendarme a sus oraciones.
Aunque sean de escaso valor, le tengo presente en
las mías.
De V. S. Rvma. y carísima
Afectísimo hijo en Jesucristo
DOMINGO PESTARINO, Pbro.
Don Bosco volvió el día 13 a Turín, donde le
esperaban don Juan Cagliero y don Angel Savio,
entusiasmados con todo lo que habían visto en
Roma. De sus manos recibió el Venerable una larga
y afectuosa carta de monseñor Fratejacci, escrita,
a lo que parece, en varias etapas.
Muy venerado y apreciado Señor:
No estaba escrito en mis felices aventuras que
yo tuviera que celebrar conmigo mismo y con V. S.,
a quien me precio de profesar la más alta estima y
afecto, sobre todo lo hecho o por hacer todavía en
pro de la amada Sociedad de San Francisco de
Sales. Quiere el Señor que esta grande Obra,
totalmente suya, tenga en sí todas las notas
características y exclusivamente propias de las
otras obras de Dios sobre la tierra, a saber: las
contradicciones de muchos, la apatía y la
indiferencia de muchísimos, los cuales tamquam
oryx illaqueatus dormiunt somnum suum (duermen su
sueño como el órix 1 atrapado en la lazo), como a
sí mismo la envidia de algunos que ven con malos
ojos todo lo que no les pertenece, y como Saúl se
entristecen, aun en medio de las alegrías y las
glorias del pastorcillo vencedor de Goliat. Pero,
desde el preámbulo, paso a los hechos.
Recibí con gran placer y gratitud su cara
epístola y el doble paquete de notas impresas que
me entregó el eminentísimo Cardenal Vicario, al
día siguiente de la llegada del bonísimo Obispo de
Mondoví. Enseguida hablé con tan respetable
Prelado y me interesé para que, llegada la
ocasión, durante su estancia en Roma, hablase
convenientemente con el Santo Padre y con el
Cardenal Prefecto de Obispos y Regulares y con
quien creyese oportuno en favor del nuevo
Instituto, como fundado por el mismo Dios en estos
tristes tiempos ad Ecclesiastici Ordinis decorem
promovendum (para promover el decoro del Orden
Eclesiástico) como dice la Iglesia del instituido
por san Vicente de Paúl.
El buen Prelado agradeció mucho mis palabras,
correspondió a ellas de mil modos afectuosos y
prometió prestar todo su apoyo. Estimulé de nuevo
al Obispo de Savona para que moviese al arzobispo
Riccardi y también éste prometió una más enérgica
actuación. Con el Cardenal Vicario, con el
eminentísimo Consolini y varios Prelados más de
mis relaciones ((**It8.879**)) y con
otros muchos eclesiásticos influyentes, hice
prudentemente cuanto supe, sin dar a entender que
tenía ningún interés para inclinar su opinión
antes de distribuir los ejemplares de las Reglas
que me envió, para sujetarse al juicio de la Santa
Sede.
Y ya deseaba por mi parte la llegada del
eminentísimo De Angelis, y la carta que le había
pedido. Pero el eminentísimo De Angelis llegó a
Roma y no tuve hasta mucho
1 Orix.-Animal fabuloso, especie de cabra o
antílope, que los antiguos suponían originario de
Abisinia. La Zoología habla de varias clases de
órix, en Africa: tienen cuernos y son de gran
tamaño. (N. del T.)
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