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incumbencias especiales en la casa. Las vacaciones
del Seminario duraban hasta noviembre. El 25 de
junio don Bosco dio una conferencia a los
Salesianos.
En primer lugar distribuyó el tiempo de las
vacaciones de los clérigos de este modo: por la
mañana, levantarse a la hora de costumbre; después
de misa, estudio, desayuno y recreo. De nueve a
once, paseo; pero con prohibición de ir a la
ciudad, y yendo sólo a los alrededores, juntamente
con el jefe de grupo, y al lugar establecido por
el Superior. Este paseo no es obligatorio: el que
quiera puede quedarse en casa a estudiar o leer,
es libre de hacerlo. De las once al mediodía,
clases complementarias de sagrada elocuencia, de
geografía o de francés. De dos a tres de la tarde,
tiempo libre, en silencio, de modo que cada cual
pueda descansar o estudiar, como guste. De tres a
cuatro y media, de nuevo clase complementaria;
pero a una señal de la campana se irá a la iglesia
para hacer un poco de lectura espiritual, que
servirá también de meditación y de visita al
Santísimo Sacramento y de la que se saldrá al
terminar la clase de los muchachos.
Estaba dispensado de estas normas quien tuviese
encargos especiales que se lo impidieran.
Pasando a hablar sobre las vacaciones con
parientes o amigos, dijo don Bosco:
Cada uno de vosotros debe decidirse a
pertenecer o no a la Pía Sociedad. Los que piensen
no pertenecer a ella, hagan la petición, que yo
les dejo ir libremente. Los que quieren ser de la
Sociedad no necesitan pedirlo, porque ya saben que
están en su casa. La razón por la que soy opuesto
a que las vacaciones se vayan a pasar fuera es
porque en la casa paterna, en los pueblos, donde
no se habla más que de intereses materiales, del
negocio, del campo, de la vaca, del buey, del
dinero, del comer y del beber y de otras cosas
menos convenientes, de por fuerza se pierde
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espíritu. Yo mismo, cuando iba a Castelnuovo,
sufría daño, y por eso procuraba tener siempre
conmigo algún joven del Oratorio con quien poder
hablar de cosas útiles, y a su debido tiempo rezar
las oraciones, hacer la visita a Jesús
Sacramentado, la lectura espiritual y demás
prácticas de piedad. Si yo he experimentado en mí
este perjuicio, creo que lo mismo les pasará a los
demás, que también son de carne y hueso como yo.
Por otra parte, si alguno necesitara cambiar de
aires, tenemos diversos lugares adonde se puede ir
a pasar vacaciones como Lanzo, Mirabello,
Trofarello.
Alguno dirá:
-Pero es muy agradable volver a ver durante
unos días los lugares de la infancia, los
parientes, los amigos...
Y yo respondo:
-Es natural que esto guste, pero el Redentor
nos ha dado una hermosa lección sobre el
particular. Cuando María Santísima y algunos
primos, que la Escritura llama sus hermanos, y
otros parientes, no pudiendo acercarse a él por la
multitud que
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