((**Es8.711**)((**It8.837**))
Turín, 14 de junio de 1867.
Muy querido señor Caballero:
Aunque no tuve ni siquiera la tentación de
pedir a don Bosco ir a Roma, para las próximas
fiestas, sin embargo, don Bosco hizo escribir a V.
S. para que buscase un cuchitril donde pasar la
noche... En la duda de que yo pueda tener la
suerte de verle pronto le doy algunas noticias.
La estatua ya está colocada en su puesto sobre
la cúpula. Boggio hizo una rebaja de mil
doscientas liras. Don Bosco quiere hacerla dorar;
piden para esto alrededor de dos mil liras. El
cornisamento de la iglesia está terminado. Ya han
colocado tres capiteles que quedan muy bien.
Todos los días hay gran afluencia para ver a
don Bosco y la iglesia. Ayer hubo una dama inglesa
que esperó mucho tiempo para obtener audiencia.
Estuvo el barón Cavalchini, vio la iglesia y se
entretuvo un buen rato con don Bosco. Muchos
sacerdotes, de viaje para Roma, han venido a
entrevistar a don Bosco. Yo oí a uno que decía al
salir: -Hemos hablado con otro cura de Ars.
Una Princesa romana que se dirigía a Londres,
la joven princesa Doria, se apeó en Génova y
prolongó su viaje dos días más para venir hasta
Turín a ver y a hablar con don Bosco. Ha visto la
iglesia y quedó muy contenta.
En pocos días hemos tenido en casa diez Obispos
a los que nuestros muchachos rinden siempre
cordiales demostraciones. También los turineses
miran con buenos ojos a tantos Obispos; para el
pueblo esto es un preludio de tiempos mejores y
creo que el pueblo no se equivoca. En Turín saltó
la chispa que incendió el fuego revolucionario de
Italia; sería muy bonito que también saliese de
Turín la chispa que iluminase a los ciegos y los
llevase al buen camino. Dentro de pocos días el
caballero Gussone me dará el dibujo del nuevo
altar que estará frente al que está haciendo en
ésa. Me dará también el diseño del tapete que
usted desea hace mucho tiempo; se lo llevaré a
Roma.
La Santísima Virgen Auxiliadora continúa
bendiciéndonos con bendiciones especiales.
ANGEL SAVIO, Pbro.
El diseño, de que habla don Angel Savio, era
para el tapete que una Sociedad de Damas en Roma
quería, como ya hemos dicho, preparar para el
altar mayor de la Iglesia de María Auxiliadora.
íQué de gracias habían recibido éstas de María
Santísima!
Una de las damas, la duquesa Isabel Caracciolo
de Brianza, escribía el 14 de junio a don Bosco
desde Roma: <((**It8.838**)) usted
estuvo aquí, tuve la satisfacción, a la par de mi
marido, de besar su mano y pedirle que me
encomendase al Señor y a la Santísima Virgen para
obtener la gracia de una buena gestación con feliz
éxito. Usted se dignó aceptar mi petición y me
aconsejó que rezase diariamente algunas oraciones
con este fin, y yo he cumplido constantemente
(**Es8.711**))
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