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((**Es8.709**) -Haced mañana un hermoso regalo a la Virgen. Un hermoso regalo. Regaladle una alma del purgatorio. Haced la comunión con indulgencia plenaria y decid a la Virgen que libre del purgatorio al alma que más le agrade. Anunció, además, que el domingo contaría un sueño. La noche del 14 habló así: ((**It8.835**)) Mañana es el último día del tiempo pascual. Quien todavía no haya cumplido con Pascua o no lo haya hecho bien piense en ajustar las cuentas de su alma. Recomiendo, además, y de modo particular a los que están próximos a decidir su estado de vida, que lo piensen, que consulten con su confesor y recen: hagan buenas obras. Satagite ut per bona opera certam vestram vocationem et electionem faciatis (Poned el mayor empeño en afianzar vuestra vocación y vuestra elección por medio de obras buenas). El que quiera estar seguro de no equivocar su camino, escoja un confesor estable, ábrale su corazón, frecuente la confesión y comunión, sea modesto, obediente, y piense qué querría haber hecho en punto de muerte. Digo esto para el que ya está adelantado en su carrera, y para el que ahora debe escogerla. Si hacéis lo que os indico, ciertamente el Señor os inspirará lo que quiere de vosotros. Durante estos días tuvo el Venerable la satisfacción de ver el interés que monseñor Ghilardi ponía en sus asuntos y daba gracias por ello a la Virgen, tanto más cuanto que las críticas sobre las Lecturas Católicas, iban desapareciendo al ver que no obtenían el resultado apetecido. Roma, 10 de junio de 1867. Rvdo. señor don Bosco: He recibido su apreciadísima carta del 2 de los corrientes, en la que me anunciaba la llegada de monseñor Ghilardi y me decía que hablase con él sobre el conocido asunto. Fui a verle enseguida, le encontré y hablamos. Todo está ya planeado. Le gustó saber que usted había sido autorizado para no decir nada en el prólogo de la tercera edición, que tuviese aspecto de algo mandado, y le agradó mucho también que hubiese recibido nota oficial acerca de lo poco que hay que suprimir o modificar, de lo cual, no obstante, hablará de nuevo con el reverendo monseñor Módena para ponerle al tanto. En cuanto a las Aclaraciones, pensó que se debían volver a copiar con pocas modificaciones; cosa que ya está hecha: y Monseñor tiene ya en sus manos dichas Aclaraciones tal y como las deseaba. Se presentarán primero confidencialmente al padre Módena; y después verá si también a otros; entre ellos al Cardenal Prefecto. En Turín está usted en plena libertad de comunicar las Aclaraciones tal como están, y sin ninguna modificación, a quienes usted crea conveniente. En Turín se puede proceder con libertad. Bien entendido que no hay que imprimirlas, pues sería una grave imprudencia. Aquí se usará cautela. Dice Monseñor que usted debería mandar aquí su Prólogo, manuscrito o en galerada. Monseñor lo haría leer al padre Módena para que viese si procede. Así todo estará cierto y seguro y todo se hará con la debida aprobación. (**Es8.709**))
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