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((**Es8.689**) El 1.° de julio de aquel año el reinante Pío IX, a través de un decreto de la alabada Congregación encomiaba y alababa estas constituciones, nombraba al Superior de la Sociedad y al sucesor en caso de muerte. Con este decreto se sancionaba la existencia de la Sociedad. Al mismo decreto se unían trece observaciones que fueron aceptadas literalmente casi todas e incluidas en el Reglamento. Solamente se hizo una observación sobre las dimisorias: puesto que no existe congregación entre nosotros con comunidad de casas, cuyo Superior no posea facultad para dar las dimisorias. Véase nota aparte. La nota decía: En el mes de enero de este año se presentó humildemente una nueva súplica al Santo Padre con el Reglamento de la Sociedad, modificado según las observaciones de la Congregación de Obispos y Regulares. Pedíase en ella la aprobación definitiva de la Sociedad, o al menos, la facultad provisional de poder ordenar a título mensae communis (con el título de mesa común). El Santo Padre y la misma Congregación no se opusieron, pero no parecían dispuestos a conceder el segundo favor, porque no se acostumbra a hacerlo antes de que una Sociedad sea definitivamente aprobada. No obstante parece que el Santo Padre y los reverendísimos miembros de la tantas veces alabada Congregación se inclinaban a otorgar una regular aprobación. Una vez aprobada la Sociedad en este sentido ((**It8.811**)) llevaría consigo la facultad de las dimisorias y la de poder ordenar a título mensae communis. La idea general era la de esperar la llegada del nuevo Arzobispo de Turín, donde existe la casa principal. La memoria continuaba y terminaba con estos datos: ESTADO ACTUAL DE ESTA SOCIEDAD Los miembros que forman parte de esta Sociedad son actualmente casi ciento, entre sacerdotes, clérigos y laicos. Existen tres casas: una en Turín, otra en Lanzo y la tercera en Mirabello. Todas las personas docentes, asistentes y dirigentes de estas casas profesan las reglas de la Sociedad de San Francisco de Sales. Aquí en Turín existen tres Oratorios festivos: el de San Francisco de Sales en Valdocco, el de San Luis cerca del Valentino, el de San José en San Salvario, en los cuales se reúnen varios millares de muchachos los cuales en los días festivos son atendidos con juegos, escuelas e instrucción religiosa. Hay peticiones para abrir nuevas casas pero, antes que nada, estamos esperando con ansiedad la suprema sanción de la Sociedad por parte de la Santa Sede. Si S. E. Rvma. monseñor Riccardi, nuestro veneradísimo Arzobispo, pudiese completar esta obra empezada por su antecesor, yo entiendo que él sea siempre señor absoluto de las casas y de los individuos, lo inscribiremos como bienhechor principal de la Sociedad, y mientras ella exista se harán especiales oraciones por el que condujo la obra a su suspirado cumplimiento. JUAN BOSCO, Pbro. No obstante dichas dificultades, el 1.° de marzo de 1869, como veremos, la Pía Sociedad era aprobada en Roma. (**Es8.689**))
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