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Las obras de la iglesia van adelante y de un
modo verdaderamente sorprendente. Las maravillas
de María, que tuvieron lugar en tiempo pasado, no
son nada en comparación con las sucedidas después
de su partida. Yo no las puedo escribir porque soy
parte interesada. Alegrémonos, pero alegrémonos de
la bondad del Señor.
Llegado a Roma, una de sus primeras visitas sea
para don Emilio Ruggeri, preceptor en casa
Grazioli. Trabajó mucho por la tómbola, nos mandó
un original para las Lecturas Católicas, del que
desea se haga una edición elegante. Es una persona
piadosa, pero hay que ayudarle.
En este momento recibo cartas dirigidas a
nuestro nuevo Arzobispo con las que se intentó el
golpe de poner en el Indice el Centenario de San
Pedro. Pero la Congregación del Indice se limitó a
ordenar unas correcciones, no especificadas, en
una futura edición. Yo fui amenazado de esto en
Roma y, aun después de mi partida, una persona muy
amiga me dio la razón principal: porque en Roma ha
tenido preferentemente mucha familiaridad con los
Jesuitas. Pero ahí mucha prudencia y silencio: yo
le mandaré una copia de todo, que le servirá de
norma al P. Oreglia.
Por lo demás aquí todos seguimos bien: las
tribulaciones de la vida nos hacen desear el
Paraíso cuanto antes. Fiat!
Aunque no los nombro, salúdeme a los amigos y
bienhechores.
Trate a monseñor Manacorda con mucha cortesía y
benevolencia: nos ha hecho y nos hace mucho bien.
Que Dios bendiga a usted y a sus trabajos y
créame en el Señor
Turín, 9 de mayo de 1867
Afectísimo amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
Llegó, pues, a la Curia de Turín la
comunicación sobre cuanto había decidido la
Sagrada Congregación del Indice en relación con el
Centenario de San Pedro, con la nota de las
observaciones del consultor, que ya hemos
transcrito. Se dio ((**It8.775**))
comunicación de ello a don Bosco, mas, a lo que
parece, no se le entregó enseguida la hoja del
dictamen. Cuando lo tuvo en sus manos, intentó
leer la firma del Consultor y no lo alcanzó; fue
don Miguel Rúa quien, después de largo estudio,
logró interpretar el nombre del canónigo Pío
Delicati.
La carta con la que se había comunicado el
dictamen iba dirigida al nuevo arzobispo, el cual
todavía no había tomado posesión de la sede.
Excelencia Reverendísima:
Habiendo sido presentado a la Sagrada
Congregación del Indice el opúsculo titulado:
Centenario de San Pedro, etc., por el sacerdote
Juan Bosco, después de maduro examen y previa
discusión, el Sacro Consejo de los Eminentísimos
Cardenales estima que se debe adoptar la siguiente
resolución: Scribendum Archiep. Taurin. ut
praecipiat Auctori novam typis parare editionem in
cuius praeloquio moneantur lectores auctorem
retractasse quidquid censura dignum ab S. Concilio
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