((**Es8.652**)
mejor asistencia y ayuda de la bondad divina y
aprovecho gustoso la oportunidad para confirmarle
los sentimientos de mi distinguido aprecio,
De V. S. Ilma.
Roma, 4 de junio de 1864
Su seguro servidor
G. C. ANTONELLI
El ilustre Purpurado le hacía notar la
necesidad de que alguna idónea influencia hiciese
reemprender en el Gobierno Italiano las
negociaciones interrumpidas; y a su tiempo veremos
al mismo Venerable reemprenderlas por iniciativa
propia.
Don Bosco había recomendado al Cardenal
Secretario de Estado, a monseñor Balma, Arzobispo
de Tolemaida in partibus infidelium, que después
obtuvo el Arzobispo de Cagliari; había propuesto
otros nombres, puesto que en Piamonte quedaban
todavía diócesis vacantes. Ya desde entonces,
quizá pensaba en el canónigo Degaudenzi para
Vigévano, en el canónigo Rosaz, para Susa, en
monseñor Manacorda para Fossano. El Siervo de Dios
quería mantener viva la atención del Secretario de
Estado sobre una cuestión tan vital, y que no se
dejasen escapar las ocasiones en cierto modo
favorables, para obtener, aunque de modo limitado,
un objetivo tan santo.
((**It8.768**)) De este
modo trataba de consolar al Papa, conociendo como
conocía sus grandes deseos por la salvación de las
almas.
De hecho, Pío IX, en un acto de virtud heroica,
se dirigía, con fecha 13 de mayo, al emperador
Napoleón, principalmente para que indujese el
Gobierno de Florencia a reemprender las
negociaciones sobre las sedes vacantes; y añadía:
<>.
Así escribía el Papa a Napoleón, porque
esperaba que esto sería más útil que querellarse
directamente con los interesados.
El 18 de junio, le respondía Napoleón que no
dejaría de hacer oír sus consejos a Florencia,
pero que esperaba poco, porque allí <>.
1
1 BALAN: Historia de Italia -Vol. VII, pág.
1050.
(**Es8.652**))
<Anterior: 8. 651><Siguiente: 8. 653>