((**Es8.604**)
Gradisci la letizia y acepta
esta alegría
Di cui ci esulta il petto; que en
nuestro pecho explota.
E in sul partir, deh! a'pargoli Y al
partir, si a estos hijos
Sorridi e benedici: de corazón
bendices,
Non chieggon più, chŠ renderli no tendrás
mejor cosa
Pu_ questo sol felici. para
hacerlos felices.
DOMINGO SVAMPA
colegial
Sección de San
Luis, 28 febrero 1867
El Venerable dijo una palabrita al oído del
joven poeta, diole una mirada afectuosa y le
entregó una medallita. Y éste, más tarde Obispo de
Forlí, después Arzobispo de Bolonia y Cardenal,
promovió en dicha ciudad el Primer Congreso
Salesiano y tomó parte en el Tercero, que se
celebró en Turín antes de la coronacíón de la
estatua de María Auxiliadora. Guardó siempre con
inmenso cariño la medalla que le entregó aquel
día.
En abril de 1895 el Eminentísimo Cardenal
Domingo Svampa, al inaugurar el Primer Congreso
Salesiano en Bolonia, decía en la asamblea
primaria:
((**It8.711**)) <>.
Diez años más tarde, en abril de 1905,
pidiéronle que escribiese una página para el
Boletín Salesiano con ocasión del mes de María
Auxiliadora, y entre otras cosas decía:
<<...Recuerdo todavía, y recordaré siempre, la
santa emoción que experimenté cuando, siendo
seminarista, de apenas quince años, en el
Seminario de Fermo, tuve la suerte de ver por vez
primera al gran Apóstol de la pedagogía cristiana,
que ya había iniciado en Italia su obra educadora
para la salvación de los pobres hijos del pueblo.
Don Bosco no era un orador de campanillas, pero
arrastraba los corazones con su palabra sencilla,
familiar y llena del espíritu de Jesucristo.
Después de haber celebrado la santa misa en la
capilla de nuestro Seminario, y habernos dado la
santa comunión, nos dirigió
1 Confróntense las Actas del Congreso. Pág. 40.
(**Es8.604**))
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