((**Es8.571**)
<((**It8.672**)) hecho
mucho por la Virgen y Ella le enviará el esposo.
Más aún, don Bosco irá a bendecir el matrimonio>>.
El hecho se verificó al año siguiente. El
marqués Patrizi, sobrino del Cardenal, riquísimo y
muy noble señor, pidió su mano. Don Bosco se
encontraba en Roma en el momento de la celebración
del matrimonio, fue a visitar a los esposos, y
cuando volvieron del viaje de bodas aceptó la
invitación para ir a comer en su palacio.
En medio de aquella serie de continuas
audiencias, visitas, correspondencia, bendiciones
a los enfermos, gestiones generales para la
Iglesia y el Estado, particulares para su Pía
Sociedad y para cuantos acudían a él por mil
razones, don Bosco pensaba en las necesidades
materiales del Oratorio, dando gracias a la bondad
divina que le proporcionaba los medios necesarios.
A toda prisa escribía a don Miguel Rúa:
Queridísimo Rúa:
Si el padre Tomatis tiene todavía el dinero en
Turín, de las ocho mil liras y pico puedes tomar
seis mil, que yo pagaré aquí en Roma, apenas me
escribas diciendo que las has recibido.
Ese dinero debe tener un destino fijo, a saber:
dos mil liras para Carlitos Buzzetti y las otras
cuatro mil para el panadero. Procuraremos enviaros
más para otras necesidades.
Pero tú no me das noticias de los muchachos que
han entrado o salido, vivos o muertos.
Dispón, del domingo en quince, para que podamos
celebrar una fiesta estupenda en honor de san
Francisco de Sales.
Que Dios nos bendiga a todos y nos conserve en
el camino del Paraíso. Amén.
Roma, 13 de febrero de 1867
Afectísimo en el Señor
JUAN BOSCO, Pbro.
Aquel mismo día los alumnos del Colegio
Nazareno, que habían obtenido de don Bosco la
promesa de que volvería a pasar un rato con ellos,
firmaban una carta-saludo para los alumnos del
Oratorio de San Francisco de Sales.
((**It8.673**))
Queridísimos hermanos en Nuestro Señor Jesucristo:
Ha sido tan grande la alegría que ha colmado
nuestra alma al haber conocido y hablado aquí en
el Colegio Nazareno con vuestro, más que amigo,
ternísimo padre don Juan Bosco (de cuyas santas
industrias en favor de vuestras almas sacáis tan
ubérrimos frutos), que nuestra satisfacción no nos
parecía completa, si no os la comunicábamos, con
la presente carta. Os diremos, además, que vuestro
buen Padre y Maestro nos ha hablado con tanto amor
de vosotros, de las bellas cualidades que os
(**Es8.571**))
<Anterior: 8. 570><Siguiente: 8. 572>