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Y que, luego, se había establecido nombrar algunos
en un Consistorio que se celebraría en los últimos
días de carnaval; después, en diversos espacios de
tiempo, serían proclamados los demás. Sé que don
Bosco habló y fue escuchado con gran deferencia,
en favor de algunos y que propuso otros que fueron
aceptados. >>Quiénes son éstos? Yo lo sé, pero no
me parece prudente anunciarlo todavía. Estos tales
no solamente agradaron en Roma, sino que también
agradarán en ésa...
Ayer mismo hubo una audiencia aristocrática.
Estuvieron, para hablar por lo largo con don
Bosco, las princesas Aldobrandini, Orsini,
Borghese, el duque Salviati, el príncipe Torlonia.
Alguno ya ha hecho algo por nuestra Casa y promete
hacer más. Nos son muy favorables y esto basta.
Otros, que aún no han hecho nada, lo harán.
Rueguen para que el Señor misericordioso bendiga
la casa Torlonia, que lo agradecería mucho. Don
Bosco no podría estar más contento de su viaje a
Roma, en donde ha encontrado tanta cortesía y
ayuda. Después de los muchos dineros que se
enviaron, me parece inútil añadir que don Bosco ha
recibido aún más ayudas. Pero me gusta decirlo.
Estábamos tan inseguros del éxito en estos
tiempos, que nos causa mayor impresión.
Por medio del tipógrafo, que va desde Roma, le
envío una gran fotografia de Pío IX. Hay un
escrito por la parte de atrás. Fue un regalo que
el fotógrafo hacía al señor Pardini, nuestro
maestro albañil; y ahora es él quien le regala a
don Bosco. Como ve, es un ejemplo más de la gran
amabilidad y emulación, que todos, regis ad
exemplum (a ejemplo del Rey) tienen con nosotros.
((**It8.670**)) Hemos
hablado y comido con el Príncipe Falconieri. íQué
hombre simpático y original es! Bueno como el sol
y alegre y jovial como un chiquillo. Acepta
boletos, los pagará inmediatamente y se obligó a
hacer un obsequio al Oratorio durante este mismo
año.
Llegan del Piamonte cartas y más cartas a don
Bosco, para que elija a unos y a otros para
Obispos y Arzobispos. >>Sabe quién, entre éstos,
le escribió en tal sentido? Nada menos que D.
Beg... de Turín. Es algo muy singular: éste
aprecia poco a don Bosco y luego cree que está en
su poder el nombrar los Arzobispos de Turín. Don
Bosco le respondió que haga elegir al canónigo A,
o al canónigo B, que él lo celebraría mucho...
J. B. FRANCESIA, Pbro.
Entre las nobles señoras que acudieron a
visitar a don Bosco se encontraba la excelentísima
princesa Barberini, la cual obtuvo una gracia
singular.
El que suscribe estuvo en Roma de 1850 a 1881;
primero, como secretario del que fue eminentísimo
cardenal Benedicto Barberini y después, del actual
excelentísimo príncipe don Enrique Barberini.
Adelanto esto solamente para que se comprenda
enseguida cómo yo naturalmente estuve en la
intimidad de esta excelentísima familia. Conocía,
pues, las grandes angustias de dicho príncipe don
Enrique y las mayores aún de su esposa doña
Teresa, princesa de Orsini, porque no tenían
hijos, después de los muchos años que llevaban
casados.
La Princesa, señora piadosísima, no cesaba de
rezar, de celebrar triduos y novenas en varios
santuarios famosos de Italia, y de encomendarse a
las oraciones de las personas más conocidas por su
virtud y santidad de vida.
Cuando en 1867 fue don Juan Bosco a Roma,
precedido por vez primera, de la
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