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((**Es8.454**) esto abre paso para salirse con la suya, reivindicando los derechos de la fe y de la justicia. Sus maneras leales y afables inspiraban confianza. El debió ser avisado confidencialmente de estas intenciones y, a su vez, no pudo menos de informar de ello al Santo Padre. Por eso, sin prisas, esperando una invitación de Ricasoli, se decidió a ir a Florencia, donde también tenía que resolver muchos asuntos. En el momento de la partida se encontró con tal pobreza de indumentaria que (estábamos nosotros presentes) uno le tuvo que prestar el sombrero, otro la almilla 1 y un tercero la sotana. Salió solo. El 7 de diciembre escribía al Oratorio el padre Julio Metti diciendo que don Bosco no había llegado aún a Florencia, y el 12 le enviaba desde Florencia el padre Justino Campolmi cuatro mil quinientas ochenta liras con sesenta y ocho céntimos, recogidas en aquella ciudad para contribuir a la edificación de la iglesia de María Auxiliadora. En la lista ((**It8.533**)) de donantes figuraban los nombres más ilustres de la aristocracia florentina. Mientras tanto don Bosco había alargado su estancia en Génova, como consta por una carta del doctor en medicina Luis Lemoyne, quien nos escribió que don Bosco fue dos veces a su casa y se entretuvo en ella algún tiempo para fortuna y consuelo de la familia. Pero el 12 de diciembre estaba ya en Florencia e iba a bendecir a un muchacho sordo, hijo de la señora Luisa Casaglia Fedi, amiga de la marquesa Uguccioni y Nerli, que vivía en la plaza Pitti, número quince. Se entresaca este dato de una carta de dicha señora a don Bosco. Estas son las noticias que tenemos de su viaje desde Turín hasta su llegada a Florencia, donde de nuevo fue huésped en el palacio arzobispal, de monseñor Joaquín Limberti, su admirador. Le gustaba a este Prelado hablar con el Siervo de Dios sobre las calamidades que afligían a la Iglesia. Una noche le preguntó si los italianos entrarían en Roma. -Sí, entrarán; respondió resueltamente don Bosco. No podía el Arzobispo resignarse a creerlo y buscaba razones en contra, pero don Bosco repitió su afirmación. El padre Metti estaba presente. Cuando el ministro Ricasoli supo que don Bosco andaba por Florencia, le mandó una invitación para que fuese a verle. 1 Almilla.-Jubón cerrado ajustado al cuerpo; como lo que hoy llamamos jersey (N. del T.) (**Es8.454**))
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