((**Es8.450**)
Don Bosco respondió:
Ilmo. Señor:
Antes de responder a la carta que V. S. Ilma.
tuvo a bien escribirme comunicándome algunos
abusos sobre los billetes de favor que la
benemérita Administración de los Ferrocarriles del
Norte de Italia concede a este establecimiento, he
querido informarme ampliamente sobre el
particular, puesto que desde un principio di
órdenes rigurosas para el empleo de la concesión,
estudiando el modo de prevenir cualquier abuso.
No he podido llegar a saber más que, en algunos
casos particulares, en vez del nombre de un
asistente de esta casa se ponía el del individuo
jovencito con una persona que lo acompañaba. Este
cambio se realizó tal vez con el nombre de un
pariente o protector del muchacho, que debía ir a
su pueblo o bien volver del mismo. Para esto
fueron preguntados muchas veces los jefes de la
oficina de la estación y no pusieron dificultad,
aduciendo que aquellos jovencitos no podían
todavía viajar solos, por su edad o su salud, y
que por tanto era indispensable que alguno les
acompañase.
Sucedió también que alguna vez se expidió algún
billete en blanco para muchachos de esta casa que,
encontrándose en su pueblo, debían venir hasta
este Oratorio. Se expidieron en blanco porque no
sabíamos ni el día de la partida, ni el nombre de
la persona que se debía enviar para acompañarlo.
Si esto fuese algún inconveniente, tomaremos las
oportunas medidas en lo sucesivo para que no se
cometan abusos.
Sin embargo, como puede haber habido otros
abusos por parte de personas desconocidas,
redoblaremos la vigilancia para impedirlo,
proponiéndome dos cosas:
1.° No hacer gravitar sobre este
establecimiento cualquier falta de este género,
por ser ajena a la misma y contraria a la voluntad
y mandato de los Directores.
2.° Si sucediere algún caso, castigar con todo
rigor al culpable ((**It8.529**)) de
acuerdo con los Reglamentos de la Sociedad para
poner remedio eficaz al abuso que por casualidad
sucediere.
Con toda mi estima y agradecimiento,
De V. S. Ilma.
Turín, 30 de noviembre de 1866.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
El día 2 de diciembre se tuvo en el Oratorio la
representación anunciada, pero no apareció ninguno
de los invitados; evidentemente, las cartas de
invitación se habían detenido en las oficinas de
la administración. Esto hacía temer que se le iban
a quitar al Oratorio los billetes de favor. Lo que
hubiera sido muy perjudicial para los muchachos,
puesto que apenas se pagaba la cuarta parte de la
tarifa.
Pero, >>acaso era posible que don Bosco
previese o impidiese todos los abusos cuando las
tarjetas de abono estaban consignadas directamente
o enviadas en sobres cerrados a centenares de
muchachos, pero luego pasaban por tantas manos de
personas a menudo
(**Es8.450**))
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