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((**Es8.424**) >>Pero, cuando parecía estar curado, advertí que el golpe me había dejado una triste secuela; me di cuenta de que había perdido el entendimiento y la memoria. >>No es posible expresar el dolor y el disgusto que experimenté al ver cortado el hilo de mis esperanzas. Hice repetidas pruebas, pero no lograba retener en la cabeza un párrafo de un libro, o una idea científica. No obstante, torturado por el deseo de estudiar y aconsejado por mi señor Párroco, quise ir a hacer al menos una prueba al Oratorio de San Francisco de Sales, donde me esperaban algunos compañeros. Aquí aumentó mi desolación. Pasaba horas enteras sobre los libros, prestaba la máxima atención en clase, pero no lograba entender ni aprender. >>Al ver que mis compañeros adelantaban día a día en sus lecciones y que yo seguía sin aprovechar nada, falto de toda esperanza, pasaba mis días triste, afligido y llorando. >>Fui una mañana a la sacristía, me presenté a don Bosco y, llorando a lágrima viva, le dije: >>-Don Bosco, cúreme de mi mal de cabeza. >>-Hijo mío, me contestó conmovido; quisiera saber indicarte un remedio eficaz, pero... >>has acudido ya a María Auxiliadora de los Cristianos? >>Tienes confianza en la ((**It8.498**)) bondad del Señor y en el poder de su augusta Madre María Santísima? >>-La tengo y hago todo lo que puedo por aumentarla. >>-Ven, oye con devoción la santa misa y después hablaremos; y espera. >>Después que hubo celebrado la santa misa me llevó ante el altar de la Virgen y me dijo: >>-Haz una novena, reza todos los días tres padrenuestros, avemarías y glorias a Jesús Sacramentado, con tres Salves a la Madre de Dios y la jaculatoria María Auxilium Christianorum, ora pro nobis. Si curas de tu mal, agradécelo a la protección de María Auxiliadora y, por la gracia obtenida, haz una ofrenda para los trabajos de la iglesia que se está construyendo aquí en su honor. >>-Haré lo que me dice en cuanto a las oraciones; pero como soy un pobre muchacho, no puedo hacer ninguna ofrenda. >>-Ofrecerás tus oraciones para que la Santísima Virgen inspire a alguno de sus devotos que haga ofrendas de otro género y, por gratitud a tu Bienhechora celestial, contarás la gracia recibida. >>Todo lo prometí; yo sentía en aquel momento una fe tan viva en mi corazón que ya me parecía estar curado. Era pura ilusión. El dolor de cabeza aumentó, la mente estaba cada vez más confusa, la (**Es8.424**))
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