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convenido que, al correr de la escritura, saltó de
la pluma y que la modificación introducida está en
conformidad con el cambio de las circunstancias.
Se podría a mi juicio encontrar un modo de
acercamiento, estableciendo un período no
demasiado corto, sobrepasado el cual, la
intempestiva salida de alguno de los alumnos no
dejase a la Comisión derecho de sustitución.
Estoy convencido de que V. S., con su buen
juicio y su amor al prójimo, aceptará la medida
que propongo y espero de todas formas su decisión
para tomar con mis colegas la determinación
definitiva.
Lleno siempre de reconocimiento por el bien que
usted ha hecho a nuestros huérfanos, tengo el
placer de ratificarlo.
Ancona, 20 de septiembre de 1866
Abogado CLEMENTE MARINELLI Pres. de
la Com. de ayuda a los damnificados por el cólera
Desde el Oratorio se replicaba:
Ilustrísimo Señor:
He leído atentamente su carta y aprecio mucho
las razones que expone en torno a cuanto fue
convenido sobre los huérfanos de Ancona. Me
parece, sin embargo, que las cosas no deben
modificar los primeros acuerdos. Las
circunstancias, que usted me dice haber cambiado,
serían solamente una esperanza de sacar utilidad
en un contrato después de haberlo concluido y, si
así se puede hablar, cuando ya se ha entregado la
mercancía. Verdad es que no se entregó el dinero,
como se había convenido, pero ello fue únicamente
por nuestra condescendencia con las honorables
personas que eran y son plenamente responsables.
Ahora le notifico que, después de graves
desórdenes, los muchachos que se nos han confiado
manifiestan buena voluntad, y todos están
tranquilos a juzgar por su comportamiento. No
quiero, por otra parte, presionar a la Comisión
encargada de hacer el bien y obligarle a un
contrato que se reputase ruinoso.
No pongo ninguna dificultad en devolver los
muchachos a sus madres con el dinero
correspondiente y así conservar amistad y armonía
con Ancona.
En caso contrario le rogaría escribiese una
carta al señor Gobernador de Turín autorizándole
para entregar la cantidad ((**It8.484**)) que
tiene en su poder y que en este tiempo sería
valiosamente empleada por ser la época de hacer
las provisiones para el Centro.
Créame con todo aprecio.
De V. S. Ilma.
Turín, 25 de septiembre de 1866.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Se acabó manteniendo íntegro el primitivo
contrato, mientras don Bosco admitía la propuesta
de sustitución, pero rechazando la obligación
legal. El Presidente y la Comisión, seguros de su
lealtad, le mandaron la última determinación.
Escribía el Presidente:
(**Es8.413**))
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