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Fassati y el barón Bianco de Barbania, de quien,
juntamente con don Miguel Rúa y otros, daba
testimonio don Celestino Durando.
Y la cúpula quedó acabada, rodeada
exteriormente por tres balaustradas; la primera en
la base, alrededor de los dieciséis ventanales que
le dan luz; la segunda sobre el cornisamento donde
empieza la cúpula; y la tercera coronando la
pequeña plataforma en la que se abría el ojo
circular, a más de sesenta metros de altura sobre
el pavimento. Desde el campanario de la derecha se
pasaba a la primera balaustrada, y desde el de la
izquierda a la segunda, la cual se unía a la
tercera con una escalera de hierro sobre el
exterior de la cúpula. Encima debía levantarse un
cupulino de madera, que serviría de base para la
estatua de la Virgen. Al llegar los trabajos a
este punto, don Bosco envió esta circular a los
bienhechores:
Benemérito Señor:
Con gran placer tengo el honor de participar a
V. S. benemérita que los trabajos de la iglesia
recomendada a su caridad ya han llegado a feliz
término y el próximo domingo se espera poder
colocar el último ladrillo ((**It8.468**)) sobre
la cúpula del sagrado edificio. Le rogaría, por
tanto, quisiera honrarnos en ese día con su
presencia; para su norma le comunico que ello
tendrá lugar el próximo domingo 23 del corriente,
a las dos y media de la tarde. A continuación,
seguirán las funciones religiosas con la bendición
del Santísimo Sacramento para implorar a Dios
abundantes bendiciones celestiales sobre todos los
que de algún modo han contribuido o querrán
contribuir a la construcción de esta iglesia.
Con esta ocasión siento el deber de comunicarle
que los sucesos públicos nos han inducido a la
prórroga de la tómbola, puesta bajo su protección;
pero en breve será convocada la benemérita
Comisión con objeto de fijar el tiempo necesario
para colocar el gran número de boletos que quedan
todavía y llegar finalmente a la publicación de la
fecha del sorteo de los premios. Pero de todo esto
tendrá comunicación, tan pronto como sea
deliberado.
Los pobres muchachos, que acuden a los
Oratorios masculinos de esta Ciudad, se unen a mí
para augurarle copiosas bendiciones celestiales,
mientras, en nombre de todos, le aseguro la más
profunda gratitud y me profeso,
De V. S. Benemérita
Turín, 21 de septiembre de 1866
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Fue una fiesta solemne por la multitud de
muchachos y de gente que llenaron los patios y
alrededores, y por la banda de música.
El marquesito Manuel Fassati, acompañado por
don Bosco, subió a aquella altura y colocó la
piedra que cerraba la última hilera de ladrillos.
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