((**Es8.375**)
4.° Haced en casa la acostumbrada meditación,
misa y lectura cotidiana, como lo hacíais en el
colegio. La misma frecuencia en la confesión y la
comunión.
5.° Demostrad, con vuestro comportamiento en
casa, que no habéis perdido el curso; por tanto,
sed modelos de obediencia para vuestros parientes
y amigos; soportad con caridad las molestias de
los demás, no seais exigentes en cuanto a la
comida, al descanso, en el vestir y en cosas
semejantes.
6.° Que nunca se diga de vosotros que tenéis
malas conversaciones y ni siquiera que las
escuchéis. Si sucediere que alguien hablara mal,
imitad a vuestro protector San Luis; reprended al
que lo hace, o huid inmediatamente de su peligrosa
compañía.
7.° Procurad contar un hecho bueno, algún buen
ejemplo leído, oído o estudiado, a los que quieran
escuchar; o bien leed ((**It8.437**)) un buen
libro; pero guardaos de las malas lecturas, como
de un veneno mortal para vuestras almas.
Ciertamente, queridos muchachos, yo os diría
todavía muchas más cosas, pero la brevedad de una
carta no lo permite. Os digo, además, que, yendo a
otros sitios, encontraréis personas más instruidas
y más virtuosas, pero difícilmente hallaréis quien
busque vuestro bien más que yo.
Por tanto, acordaos de mí todas las mañanas al
oír la santa misa; yo no dejaré por mi parte de
tener un recuerdo para todos vosotros cada día, al
celebrarla.
íQué gran consuelo sería para mí, qué gran
fortuna para vosotros si fueseis a casa y
volvierais sin perder la gracia del Señor! Por lo
demás, descansad, estad alegres, cantad, reíd,
pasead y haced lo que os plazca con tal de que no
cometáis pecados.
Buenas vacaciones, queridos hijos míos, y feliz
retorno después de las mismas. Que la bendición
del Señor os acompañe en todos vuestros pasos.
El Director de las escuelas entregue en buena
hora para leer, y aun copiar, esta carta, a quien
lo deseare.
La gracia de N. S. Jesucristo esté siempre con
nosotros y la Santísima Virgen María nos asista y
ayude a perseverar en el camino del Cielo: Amén.
Creedme siempre, con paternal afecto,
totalmente vuestro en el Señor.
Turín, 26 de julio de 1866.
Afectísimo amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
P. S.-Que don Juan Bonetti revise esto, porque
no he podido leerlo.
Acabábase aquel mes y terminaban también tantas
hecatombes de víctimas humanas, de modo que se
podía exclamar con el salmista: Dissipa gentes
quae bella volunt (dispersa a los pueblos que
fomentan la guerra).
Bismarck, que tenía en sus manos cuanto bastaba
para el cumplimiento de sus designios, sin
consultar con Italia, ofreció a Austria una tregua
de cinco días, y el 22 de julio se cerraba el
armisticio; el 26 firmaban los plenipotenciarios
de ambas partes el acuerdo para los preliminares
de la paz.
Italia se indignó con una mezcla de ira y de
descorazonamiento ante aquella deslealtad, porque,
si no se apresuraba enseguida a estipular
(**Es8.375**))
<Anterior: 8. 374><Siguiente: 8. 376>