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Soberana y Real Majestad:
Entre los jóvenes pertenecientes a la casa,
llamada Oratorio de San Francisco de Sales, se
encuentran dos clérigos que, por su conducta y su
especial aptitud para los estudios, fueron
destinados a ellos y, a la mayor brevedad,
realizaron los cursos de bachillerato y filosofía
y llegaron al quinto curso de Teología, en el que
se hallan actualmente.
Dado que eran pobres de fortuna, procuraron
corresponder a la caridad tenida con ellos,
enseñando con el mayor celo en la catequesis,
asistiendo a sus compañeros, dando clase en las
escuelas diurnas y nocturnas. Hoy tienen la edad,
los estudios y las cualidades necesarias para ser
admitidos a las órdenes sagradas; pero les falta
el patrimonio eclesiástico y no tienen padres que
se lo puedan proveer.
Por tal motivo, el que suscribe recurre
humildemente a la clemencia de V. S. M. suplicando
se digne tomarles en benigna consideración y
concederles, con cargo a la caja del Economato, la
pensión eclesiástica, por lo menos hasta que estén
en grado de ser provistos de otro modo. Este acto
insigne de beneficencia sería de gran ayuda para
esta casa, a cuyo provecho dedican ellos todas sus
energías.
Todos ponen unánimemente su confianza en la
soberana bondad tantas otras veces experimentada;
y asegurándole que invocarán cada día las
bendiciones del Cielo sobre su augusta persona y
sobre toda la familia real, en nombre de todos y
con la más sentida gratitud se profesa,
De V.S.R.M.
Turín, 1866
Su
atento y seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
((**It8.426**)) Y
escribía al clérigo y profesor Cerruti:
Carísimo Cerruti:
Sí, no, prometido, se obtendrá; después, ha
sido suspendido, dificultades, et caetera; y en
fin de cuentas, que la cosa va para largo.
Por tanto, tomemos un camino seguro. A tu
comodidad, haz un viaje a Turín, y aquí hablaremos
sobre tu patrimonio, y, si es preciso, iremos a
Saluggia para apoyarnos en parte sobre los bienes
inmuebles que te corresponden... Del resto ya
hablaremos.
Si tú estás verdaderamente contento, procura
que lo estén también todos los del colegio. Sabrás
ya la muerte de nuestro querido Saccardi. Di a sus
compañeros que se dirijan a él al Cielo, donde
ciertamente está a estas horas con el Señor, en
compañía de Rapetti, verdadera copia de Domingo
Savio. Saluda a don Juan Bautista Bonetti y a don
Francisco Provera una cum caeteris hic
habitantibus (juntamente con los otros habitantes
de ésa), perdona el latín; no pensaba que escribía
a un profesor.
Si el hecho del Niño Jesús continúa igual, di a
don Juan Bonetti que tenga en cuenta el más
pequeño detalle, especialmente haciendo escribir
la narración por separado a todos los que lo han
visto y después ya se hará un resumen de estos
documentos.
Cerruti, ánimo, tendremos que luchar, pero no
estamos solos. Dios está con nosotros, el premio
recompensará todos los esfuerzos.
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