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los trabajos de la iglesia que se construye en
Valdocco precisamente con el título de María
Auxiliadora.
Sin ninguna esperanza ya en los medios humanos,
me agarré de buena gana a aquella sugerencia y
durante nueve días mi familia, mis amigos y yo,
por cuanto el mal me lo permitía, rogábamos a fin
de disponer la clemencia divina a mi favor por
intercesión de la bienaventurada Virgen María.
El último día de la novena el mencionado
sacerdote tuvo la atención de renovar su visita,
animándome siempre a la esperanza en María
Santísima. Y antes de dejarme, después de una
breve oración, me dio la bendición y añadió que al
día siguiente Celebraria la misa por mí.
Ese día, a las siete y cuarto de la mañana,
según me dijeron, se empezaba la misa. Nosotros en
familia rezábamos. A las siete y media, sentí que
el mal se agravaba, mientras el espasmo me hacía
temer siniestras consecuencias, y advertí que
comenzaba una violenta supuración. Me vino una
mejoría súbita, sensible y constante. La alegría
invadió a toda la familia y en breve, casi diría
instantáneamente, me encontré perfectamente
curado. Curado de un mal que, al decir de los
médicos, era incurable y, aun en el caso de que se
hubiera encontrado un método de curación, ésta
hubiera requerido meses y años de dolorosa y
difícil convalecencia.
Ahora, no solamente estoy perfectamente curado,
sino que gozo de una salud que no tenía antes de
mi enfermedad. Atribuyo este favor a Dios,
obtenido por intercesión de su augusta Madre bajo
el título de María Auxiliadora.
Lo primero que hice fue dar gracias a Dios por
tan señalado favor, y fui enseguida a cumplir mi
promesa llevando mi ofrenda para el nuevo templo,
que se va elevando majestuoso en esta ciudad, en
el barrio de Valdocco.
Como homenaje a la verdad deseo que la presente
relación sea leída y publicada del modo que mejor
parezca para mayor gloria de Dios y honor de la
bienaventurada Virgen María.
Turín, 29 de marzo de 1866.
JOSE MORELLI
ex-alcalde de Caselle
Visto para la imprenta:
Canónigo A. VOGLIOTTI,R. Eclesiástico
El hijo del señor Morelli, aunque había sido
alumno de don Celestino Durando, leyó el
periódico, se sintió ofendido, y obligó a su
((**It8.372**)) padre a
hacer la siguiente declaración, que apareció en el
número ciento dieciséis, dieciocho de mayo, de la
Unidad Católica.
Señor Director de la <>.
En el número ciento uno de su acreditado
periódico me encuentro con la narración de un
suceso, autorizado con la firma de José Morelli,
ex-alcalde de Caselle.
A la vista de tal inserción en dicho periódico,
sin yo saberlo, y que ha sido reproducida por
otros periódicos, no puedo por menos de protestar
enérgicamente,
(**Es8.320**))
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