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el día señalado por la Iglesia, esto es, el 29 de
enero, domingo IV después de la Epifanía.
En la forma acostumbrada, pero más solemnemente
que en años anteriores, tuvo lugar la conferencia
para los salesianos, prescrita por el Reglamento.
Don Bosco presidió la reunión en su antecámara.
Don Miguel Rúa, director de Mirabello, y don
Domingo Ruffino, director de Lanzo, contaron
satisfechos el bien que se hacía en sus colegios.
Estaba presente don Domingo Pestarino, llegado
desde Mornese.
Don Bosco tomó la palabra para dar gracias y
elogiar a sus colaboradores, narrando cuanto se
había hecho en el Oratorio de Valdocco, animando a
todos a trabajar por el éxito de los Oratorios
Festivos y les aseguró la protección de la
Santísima Virgen. Concluyó manifestándoles su
decisión de organizar una nueva tómbola.
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Efectivamente, él ya había empezado a preparar y
ordenar lo necesario para la misma. Por de pronto,
debería formar una Comisión, compuesta de treinta
y dos miembros, elegidos entre los más conspicuos
ciudadanos. No era fácil acertar en esta elección
pero, después de muchas cartas y visitas, y
también de corteses negativas, finalmente creyó
haber alcanzado el resultado apetecido.
Don Bosco se dirigió al Alcalde de Turín
rogándole aceptara la presidencia de la Comisión y
recibió la siguiente respuesta:
CIUDAD DE TURIN
Secretaría particular del Alcalde
Ilustrísimo y Reverendísimo Señor:
Con relación a la Presidencia de la Comisión
para una tómbola en favor de su Pía Institución,
el abajo firmante comunica que habló con el señor
Marqués de Ror… en los términos convenidos ayer en
la entrevista que tuve el honor de sostener con
V.S. y cumple con el deber de participarle que
dicho señor Marqués me encarga informarle de que
se sentirá muy satisfecho de poder ayudar a su
Instituto y a V.S.; pero que, habiéndose
convencido de lo imposible que es, en muchas
ocasiones, separar la condición de alcalde de la
de ciudadano privado, tomó la determinación de no
asumir en adelante ningún compromiso en el que
fácilmente se pueda confundir su posición de
funcionario público con la de persona privada y
que, por consiguiente, con mucho sentimiento no
puede aceptar la Presidencia que se le ofrece.
11 de enero de 1865.
El
Jefe de la Secretaría
CRETINI
Don Bosco suplicó al Duque de Aosta, Príncipe
Amadeo, que se dignase aceptar dicha presidencia y
el Príncipe cortésmente aceptó.(**Es8.31**))
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