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((**Es8.295**) Sus treinta mil habitantes, además de la multitud de muchachos que aquí acuden de varias partes de la ciudad, echan de menos tal edificio para cumplir sus deberes religiosos. Movido por esta necesidad, he pensado emprender esta empresa en un terreno exprofeso comprado para ello, muy cerca del pequeño actual Oratorio de San Francisco de Sales. Pero como la falta de medios se oponía al comienzo de los trabajos, Vuestra Excelencia, que conoció la gravedad del caso por medio del Ecónomo General, me animaba con la promesa de quince mil liras, lo mismo que ya se había calculado para otras iglesias de Turín. Por otra parte, y ante el temor de que la iglesia, una vez comenzada, no se pudiese culminar, se destinaban solamente seis mil liras, a pagar tres mil cuando apareciese el edificio a flor de tierra, y tres mil cuando llegase a la altura de cubrir aguas. Además se me había prometido verbalmente que se me entregarían las nueve mil liras restantes cuando, terminados los trabajos señalados, hubiese fundada esperanza de llegar a la conclusión del edificio. Ahora bien, todos estos trabajos han sido terminados; los muros, el cornisamiento, la techumbre, las arcadas internas están acabadas. Pero ahora, más que nunca, se hace sentir la necesidad de dinero, ya sea por haber recurrido frecuentemente a las personas caritativas, ya sea por la traslación de la Capital, por lo que se tendrán grandes dificultades para continuar la empresa comenzada, si V. E. no viene en mi ayuda. ((**It8.342**)) Ruégole, por tanto, tome bondadosamente en consideración los miles de muchachos y la multitud de ciudadanos que suspiran por el nuevo edificio, y se digne conceder el caritativo socorro que verbalmente fue prometido. Todos los habitantes de Turín, y de un modo especial los de Valdocco, se unen a mí para asegurar a V. E. su más sentida gratitud y el más duradero reconocimiento, mientras unánimemente auguramos todo bien del cielo sobre V. E. y sobre la augusta persona de nuestro Soberano, y tengo el alto honor de poderme profesar, De V.E. Turín, 16 de abril de 1866. Su seguro servidor JUAN BOSCO, Pbro. Contemporáneamente hacía acelerar la expedición de materiales de construcción, antes de que se hiciese irregular o se suprimiese la circulación de los trenes de mercancías; y como prenda de gratitud a un empleado de ferrocarriles, que le había prestado bondadoso apoyo, le ofrecía un ejemplar de su Historia de Italia, elegantemente encuadernada, que se la agredeció mucho, como consta en una carta que guardamos entre los documentos. Tampoco cesaba de prodigar los más solícitos cuidados por la tómbola. El Alcalde de Turín había demostrado su sincera protección a la misma y al Oratorio y nunca hubiese permitido que la (**Es8.295**))
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