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Terminadas las fiestas navideñas, don Bosco fue
a visitar el colegio de Lanzo, donde habían
entrado muchos alumnos nuevos que aún no conocía.
Penetró el Siervo de Dios en el comedor, a mitad
de la cena, se puso serio y, volviéndose al
Director, le dijo en voz baja:
-En este momento, cerca de la bomba del agua a
la entrada del segundo patio, hay dos muchachos a
quienes es preciso vigilar. Manda enseguida a
alguien para que los lleve a recreo con los demás
compañeros.
El Director dio el encargo a un asistente, el
cual volvió y le dijo:
-Junto al pozo no había nadie, pero vi a dos, y
los nombró, que en aquel momento se alejaban. Les
pregunté de dónde venían y me respondieron:
-De la bomba.
Después de las oraciones llamó el Director a
los dos muchachos y les preguntó:
->>Qué conversaciones teníais esta tarde entre
los dos?
-Ninguna, respondieron temblando.
-Bien, venid conmigo; don Bosco os espera;
tiene algo que deciros.
Y se los presentó.
Don Bosco los miró un instante y después les
dijo una palabra al oído, que les hizo
ruborizarse. Eran alumnos nuevos, recién llegados
de sus casas, los cuales, reconociéndose
culpables, prometieron portarse mejor.
Al día siguiente, por la noche, y después de
haber estado confesando durante casi todo el día,
les contó el sueño de la balsa flotante.
Mientras tanto, de los que se prestaban a
distribuir boletos para la tómbola, llegaban
noticias e invitaciones pidiendo su consejo y su
presencia.
Desde Venecia le escribía don José Apollonio:
((**It8.288**)) íViva
Jesús Niño!
Venecia, 2 de enero de 1866
Muy Rvdo. don Juan:
Acompañadas del santísimo nombre de Jesús, con
cuya fiesta empieza la Iglesia el nuevo año, le
envío mis felicitaciones y augurios. Que el Señor
le bendiga, don Bosco, y acepte los frutos de sus
apostólicas fatigas en reparación de tantos y tan
grandes males como se cometen en esta nuestra
pobre Italia. Deseo que el Señor le conceda todas
las gracias que para mí le pido. Deseo que le haga
santo, como por su medio se dignó hacer a esos
queridos muchachos, cuya biografía se dignó
enviarme
(**Es8.251**))
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