((**Es8.228**)
don J. Bta Francesia para que recomiende el
contenido al caballero Vallauri para la Unidad
Católica. Mira a ver qué se hizo.
Dirás a don Juan Cagliero que para el viaje a
Avigliana conviene salir por la mañana y volver
por la tarde, según parece indicar el reverendo
Valfré, aunque haya sitio preparado para comer y
dormir. Que mande una nota con los jóvenes,
indicando al principio de la misma los que
necesiten de algún cuidado especial para enviarlos
a casas más acomodadas.
Para la ceremonia de san Agustín se convino la
cantidad de setenta liras. Esto para norma.
El domingo no estaré todavía en Turín; te
comunicaré en otra carta el día que llegaré. He
recogido algunos dineros, pero no la cantidad que
tú quieres... Reza y haz rezar. Dame muchas y
detalladas ((**It8.259**))
noticias de mis queridos hijos; y diles que en
todas las iglesias que visito hago siempre oración
por ellos; y que ellos a su vez, rueguen por su
don Bosco.
Dios nos bendiga y nos conserve siempre en el
santo temor de Dios. Así sea.
Pisa, 13 de diciembre de 1865
Afectísimo en Jesucristo
JUAN BOSCO, Pbro.
N.B.-EI Cardenal de Pisa me ha dado unas
bonitas estampitas para repartir a todos los
modelos de virtud que tenemos en nuestra casa; tú
me dirás cuántos son, cuando me escribas. Me pidió
noticias del poeta Francesia: yo le conté sus
virtudes y milagros.
P.S.-Da mi bendición y la más grande y preciosa
del cardenal Corsi, a todos los moradores de
nuestra casa, comprendido Miguel. >>Con su
colegio?
íSiempre de broma don Bosco! Miguel tenía a su
cargo la cuadra.
El viaje del Venerable a Florencia fue un
triunfo, se alojó en el palacio arzobispal donde
fue tratado con toda consideración. El cabildo
catedralicio, que quería honrarle, deseaba que
visitase su magnífico templo. El Arzobispo se lo
comunicó a don Bosco y le acompañó hacia las diez
de la mañana.
Todos los canónigos lo esperaban revestidos de
capa magna, en la sacristía, con el Vicario
General de Prato y el Obispo de Fiésole.
Tales honras no suele tributarlas el cabildo más
que con ocasión de la visita de un Cardenal. Al
entrar don Bosco todos se levantaron y salieron
rindiéndole mil agasajos. Hiciéronle sentar en
medio de ellos, leyéronle unas composiciones, en
prosa y en verso, en latín y en italiano; alguien
tocó magistralmente el piano y después se leyeron
otras composiciones. Finalmente invitaron a don
Bosco a que hablase, y él, aunque no se esperaba
tal invitación, no obstante se levantó.
Recordó que en el mismo lugar donde se
encontraban había comenzado
(**Es8.228**))
<Anterior: 8. 227><Siguiente: 8. 229>