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hecho tantos gastos y sufrido tantos exámenes; que
no era justo que otros con un solo examen hubiesen
sido equiparados a ellos, tuvieran enseguida una
cátedra y hasta pudieran enseñar en un Liceo.
Esto les decía a él y a los demás candidatos y
lo hacía en los términos más blandos y
persuasivos. Los que debían examinarse quisieron
igualmente presentarse y Coppino dio puntuación
bajísima, para que no pudieran aprobar. Pero él no
había reparado en un artículo del decreto en el
que se disponía que las calificaciones no se
debían computar materia por materia, sino en
conjunto. Durando, según Coppino, debía ser
suspendido en una materia pero, según la ley,
tenía la idoneidad. El Secretario de la Comisión
((**It8.251**)), gran
amigo de don Bosco, había hecho esta observación:
y, sin comunicarla a Coppino, escribió
secretamente a Florencia al Ministro, refiriendo
la irregularidad cometida en aquel examen y
declarando el caso específico de Durando, que
tenía derecho a la promoción y al título, y había
sido juzgado no apto. Por los escritos enviados al
Ministro resultaba que Durando había conseguido
una puntuación mucho mayor que la necesaria.
Coppino que, obstinado en sus ideas, hasta
había quitado ilegalmente un punto dado por él
mismo, escribía contemporáneamente a Florencia,
narrando el resultado desfavorable del examen,
pero con gran maravilla y disgusto recibió la
respuesta del Ministerio manifestando cómo Durando
tenía derecho al título y necesariamente había que
entregárselo.
Coppino replicó que Durando había obtenido un
punto menos de los necesarios, pero el Ministro le
contestó citando el artículo del decreto, y
finalmente le fue concedido el título, después de
largas gestiones.
Don Celestino Durando fue el único, en toda
Italia, que gozó del favor de aquel examen
extraordinario. Guardaba consigo el papeleo de
todas estas diligencias. Y nosotros debemos añadir
que gozaba del aprecio de todos los profesores de
Turín y especialmente de Tomás Vallauri, que era
su amigo.
Ya en 1860 había hecho imprimir en Pinerolo,
por el tipógrafo librero José Lubetti Bodoni, su
Nuovo Donato, o sea, Rudimentos de gramática
latina para las clases del bachillerato elemental
1. Este libro
1 Una vez más conviene repetir: 1. Que en
Italia se llamó Donato al libro elemental de
gramática latina, por un célebre gramatico cuyo
nombre fue Donato; 2. Que el gimnasio italiano o
bachillerato español, se componía de cinco cursos
de latín, cuatro elementales, llamados de
gramática, y uno superior o de retórica. (N. del
T.)
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