((**Es8.195**)
Verdad es que cada vez que la Dirección envió
un muchacho, entregó alguna ayuda; pero ésta
apenas si llegaba para vestir al muchacho y
proporcionarle el equipo necesario.
En estas circunstancias me he atrevido a
recurrir a V. S. Ilma. suplicándole acuda en mi
auxilio en este momento de extrema necesidad y me
otorgue el máximo subsidio que a usted le parezca
bien, ya sea para el conjunto, ya sea para cada
uno de los muchachos amparados.
Lleno de confianza, en su reconocida bondad, le
deseo todo bien del cielo, mientras, con la más
sentida gratitud, tengo el honor de profesarme,
De V. S. Ilma.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
La ayuda pedida le fue concedida.
MINISTERIO DE TRABAJO
10. ¦ División Ier Desp.
Comisaría General
para el sindicato y vigilancia de los
FERROCARRILES
N. 6201
Florencia,
12 de octubre de 1865
El que suscribe tiene el gusto de comunicar a
V. S. que este Ministerio, acogiendo de buen grado
la petición hecha por usted en carta del 9 del
pasado septiembre, ha decretado se le entregue la
cantidad de ochocientas liras, por orden extendida
a su nombre, enviada a la Pagaduría Provincial de
Turín.
El Comisario General
BELLA
((**It8.220**)) La
respuesta fue recibida por don Miguel Rúa, ya que
don Bosco había salido otra vez, él solo, de viaje
a varias ciudades, donde despachar boletos para la
tómbola. No tenemos datos que nos describan su
itinerario y lo que hizo en los lugares donde
estuvo, pero en cambio poseemos alguna carta, el
recuerdo de alguna de sus narraciones, y noticias
de los que le hospedaron.
Su primera parada fue en Milán, donde tiempo
atrás se había encontrado, en el Oratorio de don
Serafín Allievi, con el señor José Pedraglio y el
señor Guenzati, comerciantes que frecuentaban
aquel apreciado centro dominical de numerosos
jóvenes. Ya hemos hablado de la generosidad del
señor Guenzati con las obras de don Bosco; ahora
diremos lo que nos escribió en el 1909 la hija de
este bienhechor, Carolina Rivolta Guenzati.
(**Es8.195**))
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