((**Es8.162**)
Don Bosco había escrito también por segunda vez
al Cardenal Arzobispo de Ancona, el cual le
respondía en los siguientes términos:
((**It8.179**)) Ancona,
18 de agosto de 1865.
Carísimo don Bosco:
Espero que ya haya recibido la respuesta de mi
Vicario General a su apreciada carta. Añado de
todas formas estas líneas para responder a la del
16 del corriente. Estoy enternecido por el afecto
que me guarda y se lo agradezco de corazón.
Quedo además enterado de cuanto me dice
respecto a mis huerfanitos, y le agradezco en el
alma su gran bondad y el interés verdaderamente
evangélico que usted se toma por ellos.
Siga rezando por mí y créame siempre con
verdadero afecto y sincera adhesión, tras
bendecirle cordialmente.
De usted, carísimo don Bosco,
Afectísimo en el Señor
A. B. Cardenal ANTONUCCI.
Arzobispo - Obispo.
Por el momento no se mandaron los huérfanos a
Turín por miedo a que alguno llevase la infección;
pero, unos meses después, desapareció todo
peligro, y se decidió su partida para el Oratorio.
En la Unidad Católica del 5 de octubre se leen
estas líneas:
<>.
Durante aquel año estuvieron afectadas por el
cólera treinta y cuatro provincias italianas y
trescientas cincuenta y siete poblaciones; los
contagiados llegaron a veintiún mil quinientos
veinte y los muertos a diez mil novecientos
setenta y cinco. Son datos tomados de las
estadísticas oficiales.
(**Es8.162**))
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