((**Es8.158**)
Muy querido Provera:
Me parece bien que te prepares y dispongas para
hacer un viajecito a Mirabello; te quedarás aquí
unos días y después convendremos lo que se deba
hacer. Mientras tanto:
1.° Arregla bien tus cuentas y pon al corriente
de todo a Sala y a Bodratto.
2.° Diles que la administración del Colegio
queda momentáneamente en sus manos; que se
consulten con frecuencia y vayan siempre de
acuerdo para la mayor gloria de Dios.
3.° El abogado Arró seguirá con la dirección de
las almas de nuestros jóvenes, hasta que se
encuentre quien pueda sustituirlo.
4.° Deja el dinero necesario; si ves que puedes
tener algo de sobra, tráelo aquí y proveeremos lo
necesario para el Colegio.
Puedes venir el viernes próximo o bien el
jueves de la semana siguiente. Pero, en todo caso,
escribe antes para ir a esperarte con un coche al
descender del ómnibus.
Que Dios te bendiga, querido, y hasta vernos
pronto. Al partir creo conveniente que no digas si
volverás o no, porque esto lo trataremos después
en Mirabello con Papá.
Salúdame a toda la familia y creme in Domino.
Turín, 8 de agosto de 1865.
Afectísimo
JUAN BOSCO, Pbro.
((**It8.175**)) Al
marchar don Francisco Provera, el colegio de Lanzo
quedó totalmente en manos de los clérigos. Ellos
solos, con admirable unidad de criterio,
colaboraron a la buena marcha del mismo durante
casi dos meses.
<>.
Mientras tanto se confirmaba la noticia de la
mortífera aparición del cólera en Italia. La
enfermedad se había desarrollado entre los
doscientos mil musulmanes peregrinos a la Meca,
por causa del vicio y su asquerosa cochambre. A la
vuelta a sus respectivos países, muchos centenares
llegaron a Alejandría de Egipto, donde apareció en
seguida la epidemia. Muchos ciudadanos,
especialmente los europeos, buscaron la salvación
emigrando a otras partes; más de un millar se
dirigió a Ancona, donde el 8 de julio se
desencadenaba el cólera. Al principio pareció
bastante benigno; pero no tardó en aumentar
(**Es8.158**))
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