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Poco antes, y para obtener una ayuda para el
Oratorio, don Bosco había dirigido una petición al
Economato General de los beneficios eclesiásticos,
del que había sido titular, durante muchos años,
el canónigo y doctor Miguel Angel Vacchetta, quien
nunca se negó a ayudarle.
Este había presentado su dimisión del cargo en
febrero de 1864 ((**It8.142**))
obligado por las malignas insinuaciones de la
Gaceta del Pueblo, que no quería más eclesiásticos
en aquella administración, y moría el 21 de agosto
de 1865, después de haber pedido y obtenido la
absolución de varias censuras en las que había
incurrido. En prenda de su continua benevolencia
con don Bosco dejaba en su testamento el siguiente
artículo:
<>.
El heredero estaba dispuesto a pagar el legado
con tal de que don Bosco presentase un documento
autorizándole a recibir legados como cabeza de un
cuerpo moral, reconocido por el Gobierno; así que
el legado no se cumplió.
Al abate Vacchetta le sucedió en la
administración del Economato General cierto
abogado llamado Fenoglio. Don Bosco no conocía los
sentimientos de este señor para con el Oratorio;
pero la respuesta a su petición fue favorable.
El Ecónomo General, que suscribe, anuncia a V.
S. que el Gobierno de S. M. se ha dignado
concederle, con cargo a este Economato General, la
suma de quinientas liras a título de subsidio y en
beneficio de los cincuenta y ocho clérigos
nombrados en la nota aneja a la petición.
Dicha suma será entregada por esta Oficina
General a V. S. o a la persona encargada por usted
para retirarla, con tal de que dicha persona sea
conocida y provista del correspondiente recibo, en
papel sellado y debidamente legalizado según el
módulo que se acompaña.
Turín, 13 de junio de 1865.
El Ecónomo General
FENOGLIO
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