((**Es7.86**)
Nosotros añadiremos un comentario a las
palabras de don Bosco.
Hacía años que reinaban serias disensiones
entre Berlín y Viena. Los sectarios querían
conceder a Berlín la primacía mantenida tan
largamente por Viena, y fundar la unidad alemana
sobre las ruinas de Austria y de los pequeños
estados germánicos, valiéndose de Prusia, como la
revolución italiana se había valido del Piamonte.
El gobierno prusiano se lanzaba también a agrandar
el Estado con las potencias enemigas de Austria y
se esforzaba para formar una nueva confederación,
sin romper abiertamente la más amplia que ya
existía entre los estados alemanes, pero anulando
de hecho la Dieta de Francfort, por inútil. Por
esto no descuidaba aprovechar las ocasiones de
reducir con alianzas, bajo su dirección
diplomática y militar, los estados menores
germánicos, salvando desde luego la autonomía de
los mismos, y lo conseguía. En Hesse-Kassel entre
tanto, por la Constitución suspendida en 1852 y
modificada en 1860 por el gran Duque Elector con
el apoyo de la Dieta Germánica, los demócratas que
pretendían anexiones con contratos
revolucionarios, combatían de mil modos a su
Soberano y por tanto a la Dieta, animados por las
promesas prusianas.
Pero Austria estaba cansada e indignada de
aquellas insidias e igualmente Baviera,
Wurtemberg, Hannover, Hesse-Darmstadt y
Hesse-Nassau y hubo un momento en que la guerra
parecía inevitable. Mas, hacia fines de febrero,
viéndose en peligro el ministro prusiano de ser
arrojado por las sectas a la pendiente fatal de la
revolución democrática, resistió y se avino a
acuerdos con Austria para una acción común en la
cuestión constitucional de Hesse-Kassel, y así por
entonces no se turbó la paz.
Y aquí son dignas de anotar las finas
previsiones de don Bosco al decir que si aquellas
discordias proseguían habría triunfado la
revolución y quién sabe cómo hubieran andado las
cosas en Roma.>>
((**It7.90**)) Y, en
efecto, la guerra victoriosa que Austria y Prusia
aliadas movieron contra Dinamarca en 1864 hizo
surgir entre ellas nuevas y graves disensiones
sobre el modo de repartirse el Holstein y el
Schleswig; y acabaron el 1866 con la batalla de
Sadowa, por la que Prusia se enseñoreó de
Alemania, y Austria fue excluída de la nueva
confederación. Pero el agotamiento de Austria
hacía posible la espantosa invasión de los
prusianos en Francia, su conquista de Alsacia y
Lorena, y la ocupación de Roma permitida por
Bismarck a Italia como compensación de su
neutralidad.(**Es7.86**))
<Anterior: 7. 85><Siguiente: 7. 87>