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Apreciadísimo Señor:
Verdaderamente que Dios Nuestro Señor, en sus
inescrutables y providenciales designios, parece
que hoy haya soltado la Bestia, descrita por el
Desterrado de Patmos, y que entre las artes de
toda suerte, que ella emplea como las más
refinadas y astutas para herir al mayor número
posible de víctimas, no es ciertamente menos
insidiosa y poderosa la de tantos impresos
irreligiosos e inmorales, que libre e impunemente
corren hoy por todas partes indistintamente por
las manos de todos. Fue, por tanto, un santo
pensamiento el de disponer un antídoto, frente al
lodazal de tantos libros malos e impíos, la mayor
difusión posible de libros buenos. Y gracias a
Dios llegan aquí en abundancia desde Bolonia y
especialmente desde Módena, por no citar otras
partes más en contacto. Pero no obstante, como
aprecio las solicitudes de V. S. R. dignas de toda
atención, por sus buenos resultados, no dejaré por
mi parte de colaborar en favor de las Lecturas
Católicas, que tan útilmente se publican ahora.
Acepte, pues, al menos mi buen sentir...
Afectísimo
de corazón
>> A. B.
Card. ANTONUCCI. Arz. Ob.°
Ancona, 5 de febrero de 1863.
Muy Reverendo Señor:
Nunca se encomendará bastante el celo y el
fervor de esas personas doctas que se dedican con
toda el alma a la santa publicación y propaganda
de los libros buenos, con los que contraponer una
barrera a la desenfrenada ((**It7.861**))
distribución de escritos pestilenciales que se
venden y hasta se regalan. Por eso, con gusto me
preocuparé de la difusión de los opúsculos que
pone a la luz la benemérita sociedad de las
Lecturas Católicas, algunos de cuyos libritos, que
tantas hermosas y diversas cosas contienen, ya
poseo.
Pero estas beneméritas sociedades se han
multiplicado ahora de tal forma, tanto en Italia
como fuera de ella, que resulta difícil hallar
aficionados a los buenos escritos, cuando sería de
desear encontrarlos en las manos de todos.
Sin embargo, si usted quisiera enviarme alguna
propaganda a través de la cual se conozca la
índole de las publicaciones y el importe de las
mismas, me daré prisa para preocuparme de que
también mi diócesis tome parte en un bien tan
grande...
>>D. Card.
LUCCIARDl, Ob.°
Sinigaglia, 5 de febrero de 1863.
Muy Reverendo Señor:
El cheque de seis liras, que incluyo, es para
un semestre de suscripción, desde enero en
adelante, a las Lecturas Católicas, por cinco
ejemplares. Uno debe enviarlo al dignísimo
monseñor Pedro Pablo Trucchi, Obispo, a quien
usted dirigió su apreciada carta del 20 próximo
pasado enero y que me ha encargado saludarle muy
atentamente...
Celebro se me haya presentado esta ocasión para
poderme congratular con usted
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