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Es preciso meterse en la cabeza que los
estudios ajenos a nuestras asignaturas, hay que
dejarlos. Si uno, que estudia latín, quisiera
estudiar al mismo tiempo inglés y francés, >>qué
lengua sabría al fin del año? El programa de la
clase de latín ya es tal como para ocupar un
ingenio despierto durante todo el tiempo de
estudio. Hay jóvenes que leen mucho, pero no
advierten que, con tanto leer, no hacen más que
embrollar su mente. Hay muchos que leen poesías,
novelas, narraciones, historias, libros clásicos
no prescritos; son cosas buenas, si queréis, pero,
en tanto descuidan demasiado su deber y dejan de
adquirir los conocimientos necesarios.
>>Pero, cómo ocupar el tiempo, cuando se ha
terminado el trabajo y aprendido la lección?
Cuando hubierais cumplido vuestro deber, si
todavía sobra tiempo, repasad las explicaciones de
los autores estudiados, volved sobre ciertas
reglas de gramática que se os olvidaron, leed una
página del libro de texto asignado, pero leedla
con atención. En fin, no perdáis el tiempo leyendo
las aventuras de Guerrin Meschino 1, la vida de
Gianduja, o la de Bertoldo.
Al daros estos consejos no ignoro la
importancia y las ventajas de moderadas y
juiciosas lecturas; pero es preciso que, al leer,
observéis estas dos reglas:
1.¦ No hay que leer otros libros hasta después
de haber cumplido los deberes de clase.
2.¦ No se lean, sin haber pedido consejo al
propio maestro o a otros capaces de darlo, para
que no os suceda que leáis libros inútiles, o que,
además de ser inútiles, estén escritos en mal
lenguaje, o que sean reprobables y dañen vuestra
mente y vuestro corazón, insinuándoos máximas
perversas.
Aún tendría otra cosa que añadir. Prometí
hablaros de los medios necesarios para conocer
vuestra vocación. Esta noche os diré muy poco,
reservándome para otra ocasión hablaros de ello
extensamente. Muchos de vosotros llegarán a
sacerdotes, muchísimos serán seglares. Mas no
basta que vosotros digáis: me haré sacerdote, para
llegar a serlo; o que, porque vosotros decís: yo
no quiero hacerme sacerdote, vais a ser seglares.
No y no; muchas veces Dios llama para sacerdotes a
ciertos jóvenes ((**It7.829**)) que
jamás lo soñaron, y muchas veces, jóvenes que se
creían llamados al sacerdocio, ya clérigos con
sotana, cambiaron de pensamiento. Por
consiguiente, mientras tengamos tiempo, pidamos al
Señor que nos enseñe el camino por donde debemos
ir. Y la primera norma para acertar en nuestra
vocación es la que nos sugiere san Pedro: Fratres,
satagite ut per bona opera certam vestram
vocationem et electionem faciatis (Hermanos, poned
el mayor empeño para afianzar vuestra vocación y
vuestra elección.) Llevad una vida llena de buenas
obras, una vida en el santo temor de Dios. Todo
cuanto hagamos, hacerlo a la mayor gloria de Dios,
y entonces el Señor nos dirá lo que quiere de
nosotros, por qué camino debemos marchar y qué
carrera debemos elegir.
La noche siguiente volvió don Bosco al tema de
la muerte de Saracco, insistiendo de nuevo en la
gran necesidad de estar preparados al gran paso,
no descuidando la frecuencia de los Sacramentos.
-<(**Es7.705**))
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