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Olvidaba una cosa. Pon un colchón en tu cama, y
arréglala bien como se haría para una persona
cansada; abrígate bien en ella y fuera de ella.
Amén.
Dios te bendiga.
Turín, 1864.
Tu
afectísimo en Jesucristo
JUAN BOSCO, Pbro.
En otra carta, que escribe a la condesa
Callori, hace alusión a la fiesta de san Carlos en
Mirabello. A los donativos de esta dama se debía
aquel seminario. Por eso había ido ella a
visitarlo y se lo había notificado por correo a
don Bosco, manifestándole sus impresiones. Le
hacía observar el estado de don Juan Bonetti y le
advertía si no sería preferible llevarlo al
Oratorio. El estaba encargado de escribir un libro
que la condesa deseaba fuese publicado lo antes
posible. Don Bosco la contestaba:
Benemérita señora Condesa:
Creo habrá recibido los libritos que en su
bondad se dignó pedir; si no le han llegado
todavía, estarán ciertamente en Casale.
Don Juan Cagliero ya está informado sin previo
aviso, es decir, sabe la importancia que tiene la
predicación en Vignale e irá bien preparado y
lleno de buena voluntad.
He pensado en el Prefecto de Mirabello; pero
creo que se encontraría ((**It7.804**))
bastante más preocupado aquí que en otra parte,
tanto más que, en la actualidad, al estar las
clases en marcha, sus ocupaciones han disminuido
mucho. El me asegura que, antes de terminar este
mes, me enviará, si no todo, al menos una buena
parte del material para el libro que llevará el
título: >>cuál?
Usted desea que se publique pronto y yo lo
deseo igualmente; es sorprendente que ya me han
hecho muchas preguntas en este sentido personas de
autoridad, sin que sepan que se comenzó el
trabajo. Espero que el próximo febrero se empiece
a imprimir.
Cuando escriba al pobre don Bosco nunca diga:
Temo decir demasiado..., es temeridad hablar así,
etc... Sus advertencias, sus amonestaciones, sus
consejos serán siempre recibidos con filial
respeto y reconocimiento.
Don Miguel Rúa se alegró mucho con su visita,
pero se quedó un poco mortificado porque le pilló
de repente y en un momento en el que todo el
Seminario estaba patas arriba. La fiesta resultó
muy devota y encantadora; el Obispo quedó muy
satisfecho y sus trufas llamaron la atención.
El jueves por la noche estaré en Casale, donde
permaneceré hasta el viernes por la noche; creo
que usted se encuentra todavía en Vignale, no
obstante pasaré por su casa para tener noticias de
su familia.
Que Dios bendiga a usted, señora Condesa, y a
toda su respetable familia, singularmente
(**Es7.684**))
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