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a la fe, hostigados por sus vengativos
correligionarios y finalmente hechos dignos de la
gracia del bautismo.
Para el mes de abril: El huérfano de Fenelón o
sea los efectos de una educación cristiana. Las
normas fundamentales de esta educación están
sacadas del Padrenuestro.
Para los meses de mayo y de junio: Diario
Mariano, o estímulo a la devoción de la Virgen
María en cada día del año, por un devoto suyo.
Dice el autor anónimo: <>.
((**It7.62**)) El
opúsculo comienza con unos breves rasgos de la
vida de María Santísima; cada día lleva como
consigna una jaculatoria siempre distinta; un
obsequio para obtener el auxilio de la Madre
celeste en favor de las diversas clases de
personas; una máxima sacada de los Santos Padres
en su honor; sus fiestas, apariciones, santuarios,
gracias a los pueblos, victorias sobre las
herejías y variadísimas prácticas de devoción con
las cuales veneraron a la Virgen bendita los
Papas, los santos, y grandes y célebres
personajes. Nombra al Cottolengo, a don José
Cafasso, a Domingo Savio, a Miguel Magone; y esto
descubre la mano de don Bosco.
El libro concluía con esta recomendación:
<>.
Entre tanto, se inauguró la tipografía del
Oratorio. Andrés Giardino fue el primer jefe o
encargado. Varios jóvenes, destinados, unos a
cajistas y otros a impresores, aprendieron con
vivo interés su oficio y no tardaron en llegar a
ser hábiles obreros. José Buzzetti los tuvo por
más de un año bajo su custodia y luego se encargó
de la vigilancia y dirección el caballero Oreglia
di Santo Stefano, mientras seguía dependiendo de
él el taller de encuadernación.
Dispuestas así las cosas, don Bosco se dio
prisa a escribir una carta circular, en nombre de
sus muchachos, comunicando a sus bienhechores la
inauguración del nuevo taller.(**Es7.64**))
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