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años con gran solemnidad la fiesta de los Dolores
de la Virgen María. Es costumbre antiquísima que,
en tal ocasión, las archicofrades más antiguas de
la asociación adornen personalmente la estatua de
la Dolorosa con ricas vestiduras. Como la enferma
era una de las archicofrades más veteranas quiso
que la llevaran a la iglesia, donde, colocada
sobre una silla junto a la imagen, cumplió, como
mejor pudo, el devoto oficio. Trasladaron después
la imagen adornada a su propio lugar; ella quiso
seguir detrás, sostenida, o mejor, llevada en peso
por dos de sus nietas. Dio unos pasos y comenzó a
decirles:
-íApartaos, apartaos!
Y como no dejaran de sostenerla, insistió
exclamando con fuerza -íDejadme, dejadme,
siento que mis piernas se sueltan; la Virgen me ha
obtenido la gracia.
Y, sobrecogidas de religioso temor, las dos
nietas se separaron de la enferma que, sin apoyo,
siguió a la estatua hasta el lugar donde fue
colocada. Arrodillada luego a los pies del altar,
más con lágrimas que con palabras, dio gracias a
la Santísima Virgen por el favor concedido. Llena
de afectuoso reconocimiento y de gozo, regresó a
casa, subió por sí misma la escalinata y paseó por
los salones en medio del estupor y las
aclamaciones de un grupo de nobles amigos y
parientes que glorificaban a Dios y a la Santísima
Virgen. Esto ocurrió en Toledo. 1
Y no sólo con palabras, sino principalmente con
los hechos, proseguía promoviendo el culto y el
amor a la Reina del cielo y de la tierra,
especialmente con la construcción de la nueva
iglesia en Valdocco. Los trabajos marchaban
estupendamente.
((**It7.742**)) El 26
de enero de 1864 había suplicado al Vicario
General Capitular, monseñor Zappata, que le
cediese una parcela de terreno, necesario para
completar el área de la iglesia, y la respuesta
había sido favorable. Con escritura del 23 de
agosto de 1864, otorgada ante el notario Turvano,
el Seminario Arzobispal de Turín vendía a don
Bosco una parcela de 0,25.6.10 obradas, iguales a
0,09.71 hectáreas, por el precio declarado de
1.221,17 liras.
Firmado el contrato, don Bosco se dirigió al
Alcalde para poder ocupar con la fachada del
templo un espacio de la calle Cottolengo, que era
irregular y casi solamente trazada en los campos.
1 Toledo: Debe tratarse del nombre de algún
pequeño poblado, parte de otro pueblo, en la
región de Lombardía, por donde debieron andar los
tercios españoles (N. del T.).
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