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Balangero (Berengarii Castrum-castillo de
Berengario), la Virgen de los mártires (Tebeos),
Pié (plebis Castrum). Berengario II, marqués de
Ivrea y después rey de Italia hizo construir allí
un castillo, y otro en la otra orilla del Tanaro,
también llamado Berengarium y denominado después
Balangio Blanqua.
Vallis de Amatis (actualmente Mathi). Este
nombre era común a todo el Valle de Lanzo
(Matigis).
Cirié. Cerreto. Bosquecillos llenos de
quegigales de los que ahora quedan pocos.
Antiguamente se usaba elegir como patronos,
santos con un nombre parecido al del lugar. Por
eso es San Ciriaco el patrono. Algunos aseguraban
que aquí pasó el invierno Federico I.
El lunes 18 de julio partía don Bosco para
Lanzo, después de haber encargado al P. Arró que
hablara a los jóvenes por la noche. Llevaba
consigo al sacerdote Domingo Ruffino, a quien
había escogido para Director del Colegio de Lanzo,
el cual, al marcharse, escribió una notita a su
compañero Rebuffo.
((**It7.700**)) Este mi
viaje a San Ignacio no sé si debo considerarlo
como motivo de alegría o de tristeza. Ciertamente,
si miro la gran necesidad del alma de retirarme un
poco para arreglar los asuntos de mi conciencia,
hasta el presente tan descuidados y maltrechos, no
puedo por menos de dar gracias a Dios y a don
Bosco de haberme dado esta ocasión. Si, por otra
parte, pienso que debo dejar el Oratorio,
abandonar a los amigos, dejarte a ti; si
considero, además, que esta breve ausencia será
tal vez el principio de otra más larga, me siento
conmovido de una manera que nunca la sentí, ni al
salir de mi propia casa paterna dejando a mis
hermanos y hermanas carnales. íAh! íCuanto más
estrechos resultan los lazos de la unión
espiritual! Ya lo sabía antes, pero ahora lo
experimento. Querido Rebuffo, estaremos separados
unos días personalmente, pero no lo estaremos
nunca espiritualmente.
Llegó don Bosco a San Ignacio. Estaban
construyéndose nuevos edificios y había sido
nombrado un nuevo rector al frente de la obra de
los Ejercicios Espirituales.
Al canónigo Eugenio Galletti, que se retiraba a
trabajar en la Pequeña Casa de la Divina
Providencia, le sucedía en la dirección de la
Residencia Sacerdotal de San Francisco de Asís el
teólogo Félix Golzio, confesor de don Bosco, que
continuó también en el Santuario de San Ignacio la
obra de don José Cafasso desde 1864 hasta 1873.
Galletti y Golzio terminaban la carretera que
llegaba hasta el Santuario y construían un nuevo y
magnífico refectorio en el resto del edificio,
gracias a los generosos donativos de la marquesa
de Barolo. Los rectores pusieron allí un capellán
fijo todo el año, con la obligación de recibir a
los forasteros, atender el confesonario y celebrar
las funciones festivas, en favor de los habitantes
de la Borgata de Tortore, de más abajo, y la
escuela de los muchachos.
Mientras don Bosco atendía los ejercicios en
aquellas alturas, no
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