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de acabar con él. A un punto determinado de la
comida, un criado presentó al Obispo un vino como
para hacérselo probar diciéndole que era una
bebida sumamente deliciosa. Apenas lo hubo
gustado, exclamó el Obispo:
>>-Qué vino más bueno; no recuerdo haber
probado en mi vida otro igual.
((**It7.696**)) >>Al
oír esto los comensales, pidieron que les
sirviesen a ellos también, pero el sirviente tenía
orden de que, apenas hubiera servido al Obispo,
fuese al momento a arrojar la botella a un
profundo canal. Los comensales seguían insistiendo
para que también a ellos se les sirviese de aquel
vino y, al no verse complacidos, comenzaron a
ofenderse seriamente. Pero fue un bien para ellos,
que no lograran beberlo, pues les hubiese tocado
la misma suerte que al Obispo, quien, poco
después, sintió que se le destrozaban las entrañas
con acerbos dolores y murió.
>>Cuando leí este suceso pensé que era un
bonito ejemplo de lo que les ocurre a los jóvenes.
íAy de ellos, si se les concediese lo que con
frecuencia piden con palabras y con hechos!
íCuántas veces se envenenarían! Y dígase esto
especialmente en lo que se refiere a la modestia.
Querrían ir con ciertos amigos, desearían seguir
con ciertas amistades y los Superiores no quieren.
En realidad hay alguno que tiene su aquel de
malicia, la deja entrever a los otros y los
inocentes, por curiosidad, piden enseguida
explicaciones y por desgracia las entrevén para su
daño, y son dadas por aquellos desgraciados que
hacen el oficio de demonios; y, en tanto, los
incautos beben el veneno. Si reflexionasen en el
ejemplo de Domingo Savio e hiciesen como él, no
serían engañados. Este muchacho, invitado a ir a
bañarse, respondió:
>>-Pediré permiso a mis padres.
>>-íAh no!, replicaron los compañeros: no te lo
darían.
>>-Entonces es señal de que es malo el hacerlo;
así que no voy.
>>-Mis queridos amigos, tened en cuenta las
prohibiciones de vuestros Superiores y, si prevéis
que les disgusta la acción que estáis a punto de
ejecutar, no la hagáis nunca. Cae en vuestras
manos un libro? Antes de leerlo, pensad: estará
contento don Bosco de que lo lea? La conciencia os
responderá. Recibís un papelito de un compañero?
Preguntaos: qué concepto se formarían de mí los
superiores si lo viesen? Rompedlo inmediatamente o
mejor ((**It7.697**))
presentadlo al asistente; será una prueba de
vuestra bondad; pero no contestéis nunca a
semejantes billetitos. Veis a algunos en un corro,
que hablan misteriosamente, mirando a hurtadillas
si se aproxima un
(**Es7.589**))
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